Ser agradecido siempre debería estar en el primer lugar del comportamiento social, cuando se tiene el privilegio de formar parte de una sociedad y si se quiere ir más lejos, de ser integrante de la humanidad.
Vivir es un don sin igual, de ahí que al despertar lo primero que tendría que hacerse es agradecer, según la creencia religiosa que se tenga. Y si no fuere así, dirigir íntimamente este sentimiento a la madre naturaleza.
A referirme a esta conducta, lo hago obligado, permítaseme, por algo personal. Para sorpresa mía y sin que hubiera imaginado y mucho menos movido por lo menos un dedo, la Asociación Nacional de la Prensa (ANP), en una asamblea de sus asociados, que se efectuó recientemente en la ciudad de Cochabamba, acordó concederme el Premio Libertad 2017.
El anuncio de la resolución me hizo llegar por escrito el presidente de la ANP, don Marcelo Miralles Iporre. En la ceremonia de la entrega que me hizo del Premio, le pregunté por el que suponía que era su papá, el ahora extinto don Enrique Miralles.
Pero, grande fue la sorpresa que me dio, al expresarme que éste fue su abuelo. De mi parte, tuve la ventura de sostener con él una afectuosa amistad, cuando era director-propietario de La Patria, de Oruro. Incluso iba a visitarlo.
Con anterioridad, recibieron el Premio Libertad distinguidos prelados de la Iglesia Católica y colegas míos, el último de los cuales fue mi muy apreciado amigo Humberto Vacaflor, en 2016. En mi caso, nunca supuse merecerlo, en realidad nada excepcional hice, apenas ser disciplinado en el cumplimiento del trabajo y desde el primer día que me dediqué a esta hermosa actividad sólo me esforcé en su mejor servicio.
Como en el tiempo en que imprevistamente comencé a trabajar en el periodismo (1952), a dos semanas de haber egresado de bachiller, no había enseñanza académica ni técnica, de modo que emprendí la carrera improvisadamente, a instancias de un estimado extinto periodista, Luis Martínez Casso, que trabajaba en Última Hora.
Mi deseo fue estudiar literatura, pero cuando quise inscribirme en la UMSA, me informaron que no se estudiaba sola esta carrera, sino que estaba ligada a la de filosofía.
Ante esta noticia, alcé los brazos, no me sentía en condiciones de seguirla, pues había experimentado las exigencias que tiene cuando cursaba la materia en secundaria.
Empero, por el afán de conocer más sobre la práctica del periodismo, opté por devorar cuanto libro de periodismo llegaba a mis manos o lo buscaba. De este modo, formé una biblioteca de 52 volúmenes, que recientemente la doné a la Asociación de Periodistas de La Paz, cuando ni por sueños esperaba recibir el Premio Libertad.
Al recibir el anuncio del Premio, mediante nota del presidente de ANP, don Marcelo Mirallles Iporre, quedé profundamente sorprendido y, por supuesto, muy emocionado. Jamás imaginé recibir tan notable halago.
En este orden, aparte de ejercer lo mejor posible el periodismo, el compromiso que adquirí ha sido defender la libertad de prensa. Hubo y todavía hay gobiernos que no la toleran, pero no comprenden que únicamente con la libertad se puede tener un periodismo competente en Bolivia, tal como lo hacen colegas de otros países.
Entonces, todos coincidimos en que si no se cuenta con ella, mejor dedicarse a otro oficio o profesión, por sería como no tener a disposición el instrumento básico para ejercerlo con propiedad, así como lo hacen, por ejemplo, los cirujanos, que sin bisturí no podrían realizar su tarea de operar a enfermos que lo requieren.
Como estas líneas están inspiradas en el propósito de agradecer a colegas y a los lectores de diarios, aparte de hacerlo con quienes tengo el honor de trabajar en EL DIARIO, también mi deseo, en especial, es formular mis más cálidos agradecimientos a los siempre generosos amigos de El Deber, de Santa Cruz; a mis muy apreciados colegas Mario Ríos, al maestro R.P. José Gramunt, Verónica Ormachea, Juan Carlos Salazar, Mario Castro, Víctor Toro, Mario Espinoza y a muchos otros que siempre han sido amistosos y afectuosos conmigo. Perdón por no citarlos por sus nombres, me privo por razones de espacio.
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