En todas las épocas la educación fue la ciencia y el arte de formar y educar a las sociedades; para ello no existen recetas, porque cada individuo es diferente a otro y cada caso de distinto tratamiento. Los padres de hoy debemos preocuparnos para enfrentar la grande responsabilidad de cómo educar a nuestros hijos. Lo que cada padre de familia de hoy debe preguntarse es ¿cómo será el futuro de sus hijos?; porque viene surgiendo una nueva civilización en el mundo, lo que implica que se experimentará nuevas situaciones en la vida cotidiana. El objetivo del presente debe ser preparar y formar al futuro hombre boliviano, abriendo caminos orientados hacia una educación de calidad para la sociedad del futuro.
Las escuelas de hoy deben saber que están formando a los ciudadanos, hombres y mujeres de los años 2030 y 2040, que entonces estarán en plena madurez; por tanto, ellos merecen recibir una educación dirigida para la vida que les espera vivir.
Hoy la educación, por ende la sociedad, está atravesando por una profunda crisis, por los cambios que se vienen dando como consecuencia del vertiginoso avance de la ciencia y la tecnología en el mundo, como son la cibernética, la robótica, el Internet, etc. y Bolivia no puede vivir como en una isla, aislada del fenómeno que, inexorablemente, se nos viene.
Actualmente, los economistas del mundo pronostican que los robots, los drones, las impresoras de tercera y cuarta dimensión, 3D y 4D, producirán una nueva revolución industrial en el mundo, comparable a las máquinas de vapor del Siglo XVII. Estos adelantos tecnológicos eclipsarán la forma actual de producción industrial y traerán distintas formas de trabajo, obligando a la formación de un nuevo tipo de profesionales, donde la mano del hombre ya no será muy necesaria; además este fenómeno provocará mayor desocupación en todas las campos del quehacer humano y muchas de las profesiones tradicionalmente conocidas hasta hoy estarán destinadas a desaparecer, dando lugar a la creación de otras profesiones.
Por todas esas consideraciones, la educación boliviana requiere de una urgente reorientación con nuevos métodos pedagógicos y con aspiraciones para el conocimiento de las actuales tecnologías científicas, así se podrá garantizar el futuro de la sociedad boliviana, con una educación de calidad para el Siglo XXI.
En nuestro país hubo muchas reformas y contra reformas educativas desde el siglo pasado hasta la actualidad, pero sin resultado positivo para la población boliviana. La actual ley 070 de Reforma Educativa que se ha implementado ya hace años plantea rescatar los conocimientos milenarios de nuestros antepasados, lo que no condice con los avances de la ciencia y la tecnología actuales. Quedan aquellos conocimientos obsoletos y superados con las nuevas tecnologías, como la cibernética y el automatismo que vienen dominando al mundo actual globalizado y unido por las nuevas tecnologías de la información y comunicación.
Cuando el hombre ya llegó a la luna y se apresta a explorar otros planetas del sistema solar, Bolivia no puede quedar estancada y en retroceso de miles de años, caminando sobre las huellas de sus antepasados. ¡Abramos los ojos ante el futuro!
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