Francia, otra derrota socialista

No ha podido pasar desapercibida la contundente derrota que sufrió la corriente política socialista ocurrida en Francia durante las recientes elecciones. Se trató de un hecho innegable que fortalece la tendencia mundial de decadencia de ese sistema utópico que una vez que se derrumbó en la práctica en Europa oriental, se extiende a otros continentes, como el del sur, donde también resultó un fracaso ostensible.

La decadencia de la ideología socialista en Francia empezó con la frustración de todos los proyectos prorroguistas del partido que hace un mes fue derrotado en las elecciones. Ese partido no pudo cumplir con ninguno de los puntos de su programa y puso a la nación francesa en situación delicada no solo en el aspecto económico, sino también social y político.

Resultado lógico del malestar que produjo esa política con objetivos inaplicables y pese a estar gozando de las “delicias” del poder, cayó en desgracia al descender en la votación ya no al segundo, sino al tercer puesto en el apoyo popular. Prácticamente esa “ideología” socialista fue enterrada por los franceses.

No se puede dejar de considerar que también el extremismo de derecha (resultado del caos populista) tuvo un resultado negativo y su candidata, que aspiraba al primer puesto, quedó desplazada a segundo lugar, aunque con esperanzas de recuperar su posición en vista de la tradición europea y la propia Francia.

En todo caso, la derrota de la tendencia ultra derechista de la candidata Marine Le Pen significó que, contra todo pronóstico, el candidato Emmanuel Macron ganó las elecciones y seguirá orientando la suerte de la nación gala por los caminos de la democracia, la libertad y la corriente nacionalista mundial.

Es más, tan pronto el candidato ganador empezó a gobernar, se apresuró en buscar la compañía de elementos democráticos contrarios al izquierdismo y proclives al desarrollo capitalista, poniendo, en esa forma, una cruz negra a las ilusiones populistas y sus ramificaciones en otros continentes, como América Latina, tal el caso de Venezuela, donde el experimento socialista alcanzó tan grande fracaso que decepcionó no solo a sus inspiradores sino dejó por los suelos la misma ideología socialista de la cual solo quedan lejanas añoranzas. Hoy los franceses cantan “Le jour de gloir est arribé”.