Roxana Ramos
Los colectivos feministas confunden los derechos de la mujer con los de la vida que ésta lleva en su seno. Existen condiciones desiguales para la mujer -que debemos cambiar- como el machismo y su desvaloración, como madre, trabajadora, esposa… con atributos invalorables para aportar a la sociedad y familia.
Sin embargo la vida que lleva dentro de ella, sea mujer o varón, que con el tiempo será una persona como cualquiera de nosotros, merece el mismo respeto y protección por su indefensión.
Ningún aborto resuelve las tristes situaciones que obligan a la madre a matar a su hijo. La mujer, por naturaleza, tiende a proteger a su hijo y al ir contra este instinto se daña también a sí misma, sin importar el tipo de centro de aborto al que acuda.
Las causas de la desprotección a las madres están, entre otras, en el machismo y en la desorientación de la pareja, que asume el sexo como única expresión de amor, cuando en realidad el amor es una complementación física y emocional que ocurre, con mayor perfección y felicidad, dentro del ámbito de un matrimonio duradero, feliz y respetuoso. Unión que, en pareja, supera mejor los problemas que se presentarán de todas maneras.
Las feministas defienden, con mucha razón, a la mujer que es tratada como objeto y en condiciones desiguales a las de los varones, pero su lucha le reconoce la importancia de todos sus roles: como madre, esposa, estudiante, trabajadora -con o sin profesión-… que gracias a sus dotes especiales puede y debe ser feliz.
Así un médico estudia para curar, aliviar y no para matar; un abogado para servir a la sociedad con la justicia y no para venderse a la corrupción; un científico busca hacer descubrimientos que ayuden a la humanidad y no que la destruyan; un periodista trata de informar a la sociedad y no confundirla bajo objetivos mezquinos; un profesor buscará dar conocimientos a sus alumnos y no anularlos en sus aprendizajes…
La mujer tiene una sensibilidad exquisita que compone y mejora todo y la maternidad se apoya en esa condición que ella ofrece sin medida.
Existen algunos casos, muy dolorosos, como los de las violaciones… pero a este dolor no se puede sumar el del aborto que no sólo mata a su hijo, quien espera amor y protección de su madre y a la cual llenará de alegrías, agradecerá y amará como niño o niña y como persona adulta con todas las capacidades y derechos de cualquier ciudadano del mundo.
Un niño siempre trae amor y alegría a sus padres, ya sean éstos biológicos o adoptivos, pues también -en el otro extremo- existen parejas que están dispuestas a cualquier sacrificio con tal de tener un hijo al que dar amor en sus vidas.
A un niño no se le puede preguntar si quiere o no vivir, pero por naturaleza éste se aferra a la vida y a su madre.
Son muy pocos los padres que se arrepienten de haber traído un hijo, hija al mundo, por muchos dolores de cabeza que éstos les traigan… más bien lo normal es que los padres no se arrepientan de cada uno de sus hijos, a los que aman desinteresadamente y entre estos casos está la mayoría de las madres solteras.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |