Una escandalosa corrupción deja atónitos a propios y extraños, apareciendo en nuestro país nuevos ricos, manejando autos lujosos y con fortuna cuyo origen es sospechoso, porque el ciudadano se pregunta de dónde viene el dinero que ostentan.
En uno de esos casos de corrupción que pone en tela de juicio a jefes uniformados, recientemente se conoció que postulantes a institutos policiales y militares se contactaban con intermediarios, como una mujer, para lograr ingresar sin cumplir requisitos establecidos, entre ellos la estatura, que es una exigencia indispensable.
Por otra parte, el gobierno puso en funcionamiento un fondo de ayuda a los indígenas para reforzar la política agropecuaria, pero, lamentablemente, los indígenas encargados de otorgar esos recursos económicos empezaron a hacer gastos en grandes cantidades, lo que produjo desfalcos y quiebra de esa entidad de ayuda al campesinado, aunque hasta ahora, según las investigaciones, no hay autores directos y prevalece un silencio cómplice.
Las autoridades indígenas incurrieron en derroche, sin utilizar fondos para el objetivo propuesto y así sumas millonarias de dinero se esfumaron en bolsillos de corruptos.
Es increíble constatar que hay corrupción funcionaria en varios niveles, como un mal generalizado, que si no es detenido llevará a la quiebra a las instituciones afectadas. En la jerga popular se dice que todos muerden dinero corrupto, como sucede en reparticiones estatales. Es increíble, pero según denuncias hay que pagar para ocupar ciertos cargos y vale mucho la afiliación política y el compadrerío. Alarma que reparticiones técnicas y de conocimiento estén ocupadas por funcionarios sin preparación académica, mientras las universidades se quejan porque sus egresados no pueden conseguir trabajo. Es que los cargos técnicos están ocupados por personal sin capacidad, ya que más vale el carnet político partidario que una formación académica.
En cuanto a compras de materiales para empresas del Estado, no siempre son hechas mediante licitaciones públicas, sino por invitación directa, lo que da lugar a sospechosas adquisiciones de materiales y equipos sin garantía.
En cuanto a la justicia impartida por los organismos establecidos se dice que generalmente favorece a los que poseen mayores recursos económicos, en desmedro de los pobres.
Por estas anormalidades se hace necesaria la reorganización del Poder Judicial, pues la ciudadanía observa conductas dudosas de varios jueces y fiscales, lo que causa alarma. Es preciso contar con autoridades honestas, que realmente impartan justicia, aplicando la ley sin distinciones y con honorabilidad. Así debe comprenderlo la Asamblea Legislativa, que está abocada a esta reorganización. Es necesario que la militancia partidaria no sea requisito para el ingreso al foro judicial y así lo han comprendido los integrantes de la Universidad Boliviana, cuyos representantes dijeron que si no se cumplen los requisitos para la elección de magistrados y se constata alguna irregularidad, se retirarán de las tareas de evaluación de esos candidatos.
El autor es Profesor Emérito ex-autoridad universitaria de la UMSA.
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