Estancamiento de la industria nacional

El sector industrial confirmó que la industria manufacturera del país tuvo un estancamiento en su crecimiento en 2016, el cual fue de solamente 3,2 por ciento, al igual que lo que experimentó en 2005 y 2015.

La Cámara Departamental de Industrias de La Paz (Cadinpaz) explicó que ello se debió a una coyuntura desfavorable para la actividad industrial manufacturera, más todavía si se considera que el estancamiento es el resultado del incremento de los costos de producción, en particular del segundo aguinaldo y de los ajustes salariales, que restan y restaron competitividad a la industria nacional, que además tiene que lidiar con el contrabando, comercio informal, aumento de las importaciones, todo lo cual desestimula la productividad.

El organismo sectorial pone de manifiesto que para contribuir al crecimiento, por medio de la inversión productiva, generación de empleo digno y contribución al crecimiento, espera que sean puestos en vigencia los acuerdos alcanzados con el Gobierno en 2016, en las mesas de diálogo público-privado-trabajadores.

Sorprende que tales compromisos, resultado de una amplia concertación con el sector público, no sean aplicados, inmediatamente después haberse llegado a acuerdo concretos y viables.

En este orden, caben dos reflexiones. La primera, que la actual administración gubernamental es incompetente y adicionalmente desidiosa. La segunda, que se acepta consensos solo por política circunstancial. Es decir, salir del paso, pero sin asumir responsabilidad alguna para cumplir los compromisos que contrae en mesas de diálogo, donde es obvio que se adquirió conocimientos concretos y reales de la situación industrial del país. Sin embargo, se los deja de lado cuando hay que poner en vigencia todo lo que se acordó, con pleno conocimiento de causa.

En el último tiempo, el Jefe de Estado refirió con frecuencia los montos oficiales que se ha invertido en uno y otro sector, pero en los hechos no han existido y, consiguientemente, son demostraciones demagógicas y nada más tales anuncios. El afán oficial es impresionar a la opinión pública sobre que se tiene un gobierno eficaz y cumplidor, pero en la hora de la verdad no hay tal cosa. La prueba fehaciente de ello es que el Gobierno no aplica los acuerdos de las mesas redondas con el sector industrial, que es el de mayor trascendencia para el atraso o progreso de la economía nacional, por tanto del conjunto del país.

Otra explicación que puede deducirse de tales fanfarrias es impresionar a la ciudadanía nacional, para conseguir su apoyo por la pretensión de renovarse en el poder en los comicios presidenciales de 2019.

Resulta incongruente pretender tal perspectiva, cuando al mismo tiempo nada se hace para impulsar el desarrollo del país por la vía más positiva y real que existe, apoyar a la industria nacional, lo cual no se hace al conocerse la evidencia de que apenas obtiene resultados similares a los de 2005, o sea antes del inicio del proceso político actual, de que sigue el país con el actual régimen, que inició su presencia en el Gobierno en 2006.