Estos animales pueden ser los mamíferos que menos tiempo pasan dormidos y apenas sueñan.
Dormir es un imperativo de la existencia. Todos los animales lo hacen. Algunos, como las ballenas, los delfines, las focas y algunas aves, de manera muy inusual, durmiendo solo con la mitad de su cerebro cada vez. La duración del sueño depende de cada especie, pero la falta del mismo puede causar daño cerebral en un tiempo relativamente corto, e incluso la muerte si la situación se prolonga, como se ha observado en casos de insomnio fatal en seres humanos. Los animales más grandes suelen dormir menos que los más pequeños, y el más grande de todos sobre la tierra, el elefante africano, ha resultado ser el campeón de la vigilia. Un equipo de investigadores ha descubierto que en libertad estos gigantes duermen una media de dos horas al día y regularmente pasan 48 horas sin siquiera amodorrarse. Por si fuera poco, la mayoría de las siestas se las echan de pie.
Hasta ahora, muchos estudios sobre el sueño de los elefantes se habían realizado en un entorno de cautividad. Para conocer con precisión cómo los elefantes duermen en la naturaleza, los científicos de la Universidad de Witwatersrand en Sudáfrica siguieron la pista a dos hembras matriarcas que vagan libremente en el Parque Nacional de Chobe, Botswana, durante 35 días. Los investigadores equiparon a los paquidermos con un dispositivo de pulsera electrónica ´´Actiwatch´´, algo así como un ´´Fitbit´´ para uso científico, que colocaron en la trompa del animal para rastrear con precisión el sueño, y un collar con un giroscopio para realizar un seguimiento de la posición para dormir.
OTROS ELEFANTES
Un elefante normal mide 3,50 a 3,70 metros de altura, en el año 1900, en las profundas e impenetrables selvas africanas fue descubierto un elefante enano, de orejas redondas, alcanzaba 2,5 metros de altura, y uno de estos ejemplares fue llevado al parque zoológico de Berlín, donde fue nombrado “Congo”, éste medía menos de dos metros de altura.
Más tarde se descubrió otro elefante más pequeño que el anterior, los habitantes del lugar lo llamaban waká-waká, vivía en las ciénagas, con bastante agua, y no se alejaba de ella al igual que los hipopótamos. Tenía aproximadamente, metro y medio de altura, su descubridor, el explorador belga Franssen, quien para observarlo permaneció 36 horas en una ciénaga y esto afectó su salud que le causó después la muerte.
´´Pensamos que la medición de la actividad de la trompa, el apéndice más dinámico y más activo del elefante, sería crucial, haciendo la suposición razonable de que si la trompa está quieta durante cinco minutos o más, es probable que el elefante esté dormido´´, dice Paul Manger, uno de los autores del estudio, publicado en la revista PLoS ONE.
De esta forma, los investigadores descubrieron que los elefantes duermen una media de dos horas al día, que es el tiempo de sueño más breve conocido de cualquier mamífero terrestre. Además, varias veces durante el período de estudio, se quedaron sin dormir durante un máximo de 46 horas y viajaron largas distancias de alrededor de 30 kilómetros, posiblemente debido a amenazas como leones o cazadores furtivos.
¿SUEÑAN LOS PAQUIDERMOS?
Los elefantes durmieron de pie la mayor parte del tiempo y solo se tumbaron cada tres o cuatro días y alrededor de una hora. Los investigadores creen que esto podría limitar su capacidad para entrar en la fase de sueño REM, lo que indica que no sueñan cada día como hacemos nosotros, pero sí pueden hacerlo cada cierto tiempo. Aunque se cree que esta fase es importante para consolidar la memoria, los nuevos hallazgos no coinciden con esa hipótesis, ya que los elefantes no la atraviesan cada día y son conocidos por su buena memoria a largo plazo.
En cuanto a los horarios, estos animales dormían especialmente antes del amanecer. ´´Los datos indican que las condiciones ambientales, como la temperatura y la humedad, pero no la luz del sol, están relacionados con cuándo los elefantes duermen y cuándo se despiertan´´, señala Manger.
´´La comprensión de cómo los diferentes animales duermen es importante por dos razones: En primer lugar, nos ayuda a comprender a los propios animales y descubrir nueva información que pueda ayudar al desarrollo de mejores estrategias de conservación, y, en segundo lugar, saber cómo diferentes animales duermen y por qué lo hacen a su manera nos ayuda a entender cómo los seres humanos duermen, por qué lo hacemos, y cómo podríamos pasar una buena noche de sueño´´, concluye el investigador.
FUENTE: ABC - CIENCIA
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