Acorde con su profunda fe, como pastor de una iglesia, Gary Rodríguez Álvarez, en su tercer capítulo de artículos, los dedica a los temas espirituales, ya que como sustenta esa calidad, recurriendo a Timoteo cita: “toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, reargüir, para corregir, para instruir en justicia”.
Igual que en las dos semanas anteriores rescataré tres de sus artículos en este tema.
El primero, publicado en febrero del 2013, titula: “Evo dice que no es eterno….”. Claramente aquí dos tópicos mezclados, religión y política. La afirmación fue una declaración pública del primer mandatario, quien arengando a sus bases, en un momento en que el interés de la rereelección no estaba todavía en juego, por el contrario el líder afirmaba que terminado su mandato volvería a su chaco para cultivar su cato de coca.
Gary termina su artículo recordando que “uno no es eterno y que un día daremos cuenta de todo cuanto hicimos en la Tierra, lo cual debería llevarnos a hacer el bien, nunca el mal, ya que la verdadera libertad tiene que ver con el acceso a la Verdad que es Jesucristo”. Una reflexión de un hombre de fe, que no se aplica a aquellos que parecen carecer de ella.
El segundo, publicado en marzo del 2013, titula: “Ni olvido, ni perdón…”, el cual trata de la muerte en esos días del presidente Hugo Chávez, “que supo saborear el poder”. Pero lo que sorprende en este caso es que “un representante de la Iglesia Católica y otro de las Asambleas de Dios de Venezuela, el primero hablando del consuelo que había que tener porque Chávez se había aferrado a Jesucristo al final de su vida y el segundo diciendo que Chávez estaba en el tercer cielo (¡!). Pero Gary reflexiona: “Ojalá sea así. Aunque hay que estar conscientes que Dios conoce las intenciones del corazón y no puede ser burlado”. Por lo mismo, termina su artículo recordando la tan conocida frase: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Los lectores reflexionaremos para llegar a nuestra propia conclusión.
El tercero, publicado en noviembre del 2013, titula “En defensa de Milena Fernández”, Milena fue una periodista que ejercía en Oruro, pero al hacer un comentario sobre problema ambiental que afectaba a la ciudad, “decir que esa ciudad olía mal, fue el gran pecado”.
Debido a esa frase que expresaba una realidad y que se la hacía, seguramente, con el afán de enmendar este problema, “la alcaldesa de la capital orureña abanderó con saña el ataque contra la comunicadora, como si de ello dependiera su vida o la de los o como si con ello cambiara la situación. Del insulto y la amenaza se pasó a la retardación de justicia con una persecución que lleva ya más de año y medio”.
Entre las reflexiones finales de Gary: ¡Cuántas cosas huelen mal en nuestras vidas y no nos damos cuenta! El pueblo orureño perdonó a Milena. Dios perdona nuestras faltas. Alcaldesa, desista de su encono, sepa que con la misma vara que mida será medida.
Siguen muchos más artículos en el libro “Buscando la verdad”, que les sugiero leer y releer para analizar la vida nacional, los problemas que confrontamos y lo que podemos esperar de la Mano de Dios, para dar solución a muchos de ellos.
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