Las uñas de la burocracia

Según un tratadista mexicano, la palabra “burocracia” implica inercia, falta de espíritu de empresa, papeleo, mediocridad e ineficiencia. Para muchos, es el símbolo de la ineptitud de la Administración Pública (AP). La burocracia en función administrativa es remunerada con recursos del Estado, es decir con dinero del pueblo. Dentro de la clase gobernante son denominados funcionarios públicos, regidos por sus propias reglas y pueden o no ser profesionales.

El condicionante más importante de la AP es precisamente el poder político. Un ejemplo claro es que en los países desarrollados y algunos subdesarrollados han sintetizado trámites para dar un mejor servicio a los ciudadanos, a través del uso de redes sociales, cibernética y otros sistemas de comunicación modernos. Esto se realizó en los últimos 20 años pensando en minimizar costos y por el bien de los pueblos. Estas atenciones también se las utilizó como estrategia política y justificación de estancia en el poder.

En la última década del gobierno del Estado Plurinacional se puede mencionar varios casos de burocracia cotidiana que se desarrolla con desparpajo en instancias del Poder Ejecutivo, Ejército, Policía y otras instituciones autónomas, del sistema administrativo en general. Cada ciudadano tiene su propio calvario para iniciar, hacer seguimiento y concluir cualquier trámite en las instancias mencionadas.

En forma genérica, la burocracia del gobierno de turno pudo degenerar de las siguientes maneras: 1) La jerarquía vertical de autoridad no es suficientemente explicita o delineada, causando confusión y conflictos de competencia. 2) Los procedimientos pueden ser considerados más importantes que decisiones oportunas. 3) Funcionarios fácilmente pueden eludir responsabilidades, por nepotismo, corrupción, enfrentamientos políticos y otras degeneraciones que contrarrestan a las reglas. 4) La distribución de funciones puede ser inefectiva, produciendo excesiva actividad regulatoria, duplicación de esfuerzos y en general ineficiencia. 5) Creación de muchos procesos facilita la creación de reglas contradictorias y ociosas.

Con documentación procesada puedo referirme a trámites realizados personalmente. Para comenzar, en todas las oficinas que visité, con sumisión exhiben el retrato del caudillo de los plurinacionales. Sabemos que el gobierno actual en su autoproclamada revolución socialista ha hecho cosas grandilocuentes -como cambiar el nombre del país por el de “Estado Unitario de Derecho Plurinacional de Bolivia”, lo que ha obligado a dependencias gubernamentales a reimprimir su papelería, con gastos cuantiosos que recaen en la economía del pueblo-, razón por la que todos los documentos que se obtiene tienen que llevar ese burlesco rótulo.

En concreto, durante dos años tuve que acudir a las oficinas de YPFB para “solicitar el cobro por el servicio devengado de gas domiciliario”, pasado dicho tiempo recién se regularizó los pagos. En dichas instalaciones pude evidenciar el atontamiento de ingenieros, abogados, auditores y otros tratando de dar solución al tema. Durante un año tramité en Impuestos Nacionales el Número de Identificación Tributaria (NIT), de régimen simplificado ni hablar.

Tardé tres años en la Dirección Nacional de Derechos Reales, estuve en oficinas del Consejo de la Magistratura; en Registro de la Propiedad de Inmuebles. Estos trámites son penurias económicas y de tiempo para los contribuyentes, excepto para aquellos que tienen acceso al bunker ubicado en la calle Yanacocha de La Paz y otras similares a nivel nacional.

Estuve por cinco años en las oficinas del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz para la Regularización de Planos de una construcción efectuada hace 60 años, pago de impuestos retroactivos y multas. Posteriormente para obtener el Certificado de Registro Catastral en la “Secretaría Municipal de Planificación para el Desarrollo”, el pomposo nombre les dice todo, aquí ingenieros, arquitectos, abogados y técnicos en tributación no miran al usuario, al estar enfrascados en las pantallas de sus computadoras.

En el Servicio de Emergencias del Hospital General por tres días acompañé a un familiar. En estas situaciones, médicos, enfermeros y camilleros hacen lo posible para que los pacientes no se mueran. Los gobernantes deberían visitar alguna vez estos antros de la muerte, para recién decir que “vamos bien”. Estuve por un mes en el Servicio General de Identificación Personal SEGIP. Fui al Registro Judicial de Antecedentes Penales RESAP, a Tránsito, por Certificado de Antecedentes Policiales. Fui al Programa de Regularización de Derecho Propietario Sobre Vivienda (PROREVI) y otros donde la fotocopia se utiliza para todo y nada.

Con razón en una última propaganda del gobierno, una señora pregunta: ¿de dónde sale tanto dinero para que nos regalen todo? El esposo le responde: “del pueblo…”. Entonces las garras de la corrupción y burocracia del gobierno afectan al bolsillo del ciudadano y con ese dinero se jactan de construir obras que por derecho les corresponde y tratan de perpetuarse en el palacio. ¿Qué opina usted?

El autor es docente universitario.

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