Cientos permanecen abandonados

Rescate coercitivo de menores fracasa

• Los adolescentes en condición de calle, cada vez tienen menos edad, desde los 10 a los 18 años buscan diferentes actividades para sobrevivir en la calle • Munasim Kullakita aplica el tratamiento comunitario, para incluirlos en la misma sociedad

La Organización no Gubernamental (ONG), Munasim Kullakita, asegura que la rehabilitación coercitiva aplicada por entidades policiales a menores y adolescentes en condición de calle, fracasan en un 95%. Por lo que se busca que entidades locales apliquen políticas reflexivas destinadas a estos grupos sociales.

El subdirector de la institución Ariel Ramírez, dio a conocer que de acuerdo con el último censo realizado en 2015, tanto en la ciudad de La Paz, como en El Alto, había 823 niños, niñas y adolescentes en condición de calle.

En tanto la organización que trabaja con ellos, en la ciudad de El Alto, identificó a 285 menores que viven en la calle, los cuales reducen los años cada gestión, registrando a niños o niñas desde los 10 años hasta los 18 años viviendo en las calles.

“En algunos casos son promedios esporádicos que viven en condición de calle, pueden estar cinco a seis años y nuevamente retornar a sus hogares o en algunos casos prácticamente toda su vida”, explicó.

SOBREVIVENCIA

Ramírez ve con preocupación los modos de sobrevivencia que elige la población menor en condición de calle para subsistir, manteniendo sus relaciones de “protección” entre ellos, sin lograr ser aceptados por la misma sociedad.

En el caso de los varones, por ejemplo en adolescentes se identifican diferentes actividades ilícitas, que van desde el robo, la venta de estupefacientes o sustancias psicoactivas (inhalantes), como la clefa, además de la actividad de trabajos no formales, como voceadores y lustrabotas,

Mientras que en el tema de niñas adolescentes es muy distinto, ellas en un 80% de acuerdo al estudio recabado de Munasim Kullakita, están en situación de violencia sexual comercial, “por lo que debido a su situación o género, deben sobrevivir ofreciendo sus cuerpos a todo tipo de personas, de diferentes edades, quienes les pagan entre Bs 15 hasta 30 por los servicios sexuales”, de ese monto en alguno de los casos, ellas deben realizar el pago del alojamiento e incluso al proxeneta.

“La más pequeña de las niñas que estaba en situación de abuso sexual comercial, tenía 11 años y la edad promedio de las adolescentes mujeres que están en condición de calle en la ciudad de El Alto dedicadas a ser sometidas a la explotación sexual comercial, son de edad promedio de 14 años y medio”, detalló Ramírez.

En la mayoría de las historias de niños y niñas en condición de calle, eligen continuar viviendo en calle, porque llegan de condiciones muy delicadas al interior de sus familias, donde enfrentaban violencia extrema psicológica, física y sexual, aspecto que las impulsó a llegar a vivir en calle.

REINSERCIÓN

Munasim Kullakita observa que las intervenciones coercitivas, realizadas por las instancias policiales y municipales, de solo dedicarse a recoger a los menores en condición de calle y remitirlos a hogares estatales, en un 95% tienden a fracasar, porque ellos huyen de estas instancias.

Mientras que el trabajo que aplica esta organización dedicada a este grupo social, aplica la metodología del “tratamiento comunitario”, con la finalidad de que los menores en condición de calle, puedan ser reconocidos y aceptados por la misma sociedad, con la finalidad de buscar una reducción de daños, aspecto que logró un éxito del 15%.

“Las organizaciones sociales de comerciantes y vecinos buscan excluir de sus espacios a este grupo de personas, aspecto que ocasiona que ellos no vean ninguna oportunidad de incluirse en la sociedad, quedando solo la actividad ilícita. Mientras que cuando realizan alguna ocupación, como apoyo al comercio para ayudar a botar la basura, como fue uno de los casos, permite a que reciban un ingreso económico y permita su propia rehabilitación, mediante atenciones de instituciones que trabajan con ellos”, indicó.

En la actualidad existen jóvenes trabajando en maquinaria pesada, en recolección de basura, que les permite no solo desintoxicarse del consumo de estupefacientes, sino de lograr salir de su situación de calle.

En los últimos días el municipio firmó un convenio con algunas de estas organizaciones para coordinar trabajos de atención, destinada a la población en situación de calle, aspecto que da la posibilidad de modificar las políticas públicas y evite la acción solo coercitiva. Mientras que se espera que puedan habilitar un taller destinado a lograr recuperar más menores en situación de calle.

 
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