ASTRONOMÍA
JOSÉ MANUEL NIEVES - @josemnieves
Para el astrónomo Kirby Runyon y sus colegas hay una cosa muy clara: Plutón es un planeta, da igual cuál sea la prestigiosa organización científica que diga lo contrario. Y no solo Plutón, sino también, por ejemplo, el satélite Europa de Júpiter, nuestra Luna y así hasta completar una lista de más de 100 cuerpos celestes dentro de nuestro propio Sistema Solar.
La definición de planeta aprobada en 2006 por la Unión Astronómica Internacional (UAI) privó a Plutón de su condición planetaria anterior y redujo, por lo tanto, el número de planetas reconocidos del Sistema Solar de 9 a 8. Pero el cambio, que desde entonces ha sido causa de un intenso debate científico, ´´no tiene sentido´´, según afirma Runyon en un artículo presentado durante la sesión de conferencias Lunar and Planetary Science organizada por el Plane-tary Institute, en Texas.
Según la definición de 2006, un planeta, para ser considerado como tal, debe cumplir con estos tres criterios:
-Estar en órbita alrededor del Sol.
-Tener masa suficiente para que su autogravedad le permita adoptar una forma de equilibrio hidrostático (casi redonda).
-Haber ´´limpiado´´ los alrededores de su órbita de otros objetos.
Rocoso, helado y pequeño, Plutón es, de lejos, el menor de los nueve planetas de nuestro sistema. Su diámetro, en efecto, no llega a las tres cuartas partes del de la Luna y es apenas un quinto del de la Tierra. Pero a pesar de eso, según Runyon, ´´tiene en su superficie todo lo que asociamos a un planeta... No hay nada en él que no sea planeta´´.
El investigador, junto a un equipo de científicos de cinco instituciones diferentes, ha propuesto una nueva definición de planeta, que ha defendido en una sesión de más de tres horas de duración. Los otros autores de la propuesta son Alan Stern y Kelsi Singer, del Southwest Research Institute en Boul-der, Colorado; Tod Lauer, del National Optical Astronomy Observatory en Tucson, Arizona; Will Grundy, del Lowell Observatory en Flagstaff, Arizona; y Michael Summers, del George Mason University en Fairfax, Virginia. Todos ellos son miembros del equipo de la misión New Horizons, de la NASA, que en verano de 2015 llegó a Plutón tras recorrer más de 7.500 millones de km. y logró enviar a la Tierra, por primera vez, imágenes en alta definición de ese remoto mundo helado, algunas de ellas obtenidas a menos de 13.000 km de su superficie.
NUEVA DEFINICIÓN DE PLANETA
Tanto Runyon como el resto de los autores abogan por una nueva definición que se centre en las cualidades intrínsecas del propio cuerpo, en lugar de factores externos, como son su órbita u otros posibles objetos a su alrededor. Así, según su definición, un planeta es un ´´cuerpo de masa subestelar que nunca ha producido fusión nuclear´´ y que tiene suficiente peso gravitatorio para mantener una forma aproximadamente redonda, incluso si muestra abultamientos en el ecuador debidos a su propia gravedad o a la influencia de una estrella o de un planeta cercano mayor.
La definición únicamente difiere de la de la Unión Astronómica Internacional en que no hace referencia alguna a los cuerpos celestes que pueda haber en los alrededores. De hecho, fue solo ese tercer supuesto el que en 2006 terminó por eliminar a Plutón del selecto club planetario. Para Stern, que es el investigador principal de la misión New Horizons, la aplicación estricta de la definición de la UAI también excluiría a mundos como la propia Tierra, Marte, Júpiter o Neptuno, que comparten sus órbitas con un gran número de asteroides.
La definición propuesta por Runyon y sus colegas, sin embargo, no hace referencia alguna a estrellas, agujeros negros, asteroides o meteoritos, pero incluye casi todo lo demás de nuestro Sistema Solar. De hecho, si se adoptara, el número de planetas pasaría de golpe de 8 a unos 110. Una ampliación que, según los autores de la propuesta, es uno de los principales atractivos de la nueva definición. Para Runyon, en efecto, el ´´efecto psicológico´´ de la palabra ´´planeta´´ supondría que, al multiplicar su número, la exploración espacial suscitaría una atención mucho mayor por parte del público en general.
La nueva definición, además, no requiere de la aprobación de un órgano rector central, y resulta ser mucho más práctica y útil para los científicos planetarios que la de la Unión Astronómica Internacional. Por ahora, en efecto, varias las instituciones científicas han decidido ya adoptarla.
´´Quiero que el público -dice Runyon- se enamore de la exploración planetaria como yo lo he hecho. Y esto llevará hasta sus casas el concepto de exploración continua´´.
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