Cuestión de fe

Algo misterioso ocurre en el sector de la construcción en el país: las cosas van muy mal según todos los indicadores, pero las estadísticas oficiales (del INE) dicen lo contrario.

PETRÓLEO ORO ESTAÑO El precio del petróleo cayó por debajo de lo registrado antes del acuerdo entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo y Rusia durante esta semana. Las reservas de petróleo en EEUU aumentaron y este fue otro golpe al precio. Sin embargo, ayer se registró una opción de compra de 10 millones de barriles en diciembre a 80 dólares el barril, que es 66% más de lo que cuesta ahora. La misteriosa compra ha confundido a analistas en todo el mundo. El mercado está dominado por el temor a la inestabilidad política que se genera en países ricos como Inglaterra y sus próximas elecciones de primer ministro. Esto y la posibilidad de un juicio a Donald Trump en Estados Unidos han elevado el precio del oro durante el principio de la semana. Sin embargo, las declaraciones del exdirector del FBI ayer, jueves, resultaron en mercados inquietos durante la mañana pero más estables al cierre. La caída en el precio del estaño corresponde a una nueva política impositiva anunciada por china el lunes que ha retirado el cobro del IVA al estaño refinado importado por la estatal Yunnan Tin Company. El Impuesto al Valor Agregado de 17% era considerado como el causante de la diferencia de precios entre el mercado de Shanghái y el mercado de metales de Londres. La eliminación del impuesto traerá un reajuste en el mercado.

• La firma Fancesa tuvo que rebajar el precio del cemento de Bs 50 a Bs 36,50 la bolsa porque no se vendía.

• Los transportistas de Sucre tenían 550 camiones cargados con cemento varados también en la capital oriental porque nadie compra el producto.

• El Comité Cívico de Chuquisaca pide al gobierno que haga algo para evitar la quiebra de Fancesa.

• En Cochabamba, cierran las ladrilleras por falta de venta.

• En Tarija, la mayor cerámica debió parar una de las dos cadenas de producción.

• Los jornales de los albañiles se han reducido a la mitad respecto del año pasado.

• Cae la venta de áridos, de fierro y de cemento en Santa Cruz y en La Paz.

• Las importaciones de material de construcción del primer trimestre de este año cayeron en 7% en relación al mismo período del año pasado. Una caída de casi 9 millones de dólares, esto según las propias cifras del INE.

• El último trimestre de 2016 se registraron las importaciones de material de construcción más bajas de los últimos 5 años.

• Y cae la venta de inmuebles.

• Los bancos están con muy poca liquidez, como lo admite el Gobierno al reducir el encaje legal para los depósitos en dólares y en moneda nacional.

A estas alturas es que interviene la fe.

Unos empresarios del sector, convocados por el Gobierno, dijeron el miércoles que el crecimiento de la construcción será este año, de todos modos, de 8% y que, por lo tanto, el objetivo del Gobierno de llegar a un crecimiento del PIB de 4,7% es factible. ¡Alabado sea el segundo aguinaldo!

Sólo si la construcción crece en 8% será posible llegar a ese promedio. También darán una mano las estadísticas sobre el superávit de las empresas estatales, que será cocinado a pesar de tener ingredientes negativos, como lo muestran YPFB, Comibol, Ende y las empresas compradas con miles de millones de dólares pero que no logran arrancar por falta de gas.

Por lo tanto, todo indica que tiene mucho sentido esto de manejar cifras para llegar al segundo aguinaldo de diciembre, que ha sido diseñado como parte de la campaña electoral de 2019. En este único y muy raro caso, es el resultado el que condiciona los factores, no al revés. Si necesitas un promedio de 4,7%, tienes que inflar algunos sectores. Y, como el de la construcción es el que más ha aportado hasta ahora, hay que cargarle a él la hazaña, por más que sus indicadores reales digan lo contrario. Nadie lo notará en el público objetivo, que no es muy exigente.

La fe derriba montañas. Los indicadores de la economía son poca cosa ante la fe.

El gobierno acusa a Chile por la falta de control del contrabando que ingresa a Bolivia, y lo hace en presentaciones del presidente en la ONU, acusando al país vecino de ser el culpable del contrabando.	El ministro de Defensa, Reymy Ferreira, denuncia que en territorio boliviano existen “trancas” (controles carreteros) ilegales que cobran US$ 100 a cada camión del contrabando, en el territorio boliviano.