El presidente brasileño, Michel Temer, salvó ayer el primer obstáculo en su carrera por mantener el poder al ser absuelto, junto con la destituida Dilma Rousseff, en un juicio sobre presunta corrupción en la campaña electoral de 2014.
El Tribunal Superior Electoral y la supuesta financiación ilegal de la campaña que Rousseff y Temer compartieron en 2014 era sólo uno de los frentes judiciales abiertos contra el gobernante, también investigado por presunta corrupción en la Corte Suprema.
Finalmente el Tribunal llegó ayer a una decisión y exculpó a Rousseff y a Temer, pese a que el instructor del caso, Herman Benjamín, afirmó que había “robustas pruebas” de ilegalidades financieras que “influyeron” en el resultado de las elecciones.
La decisión fue tomada por cuatro votos a favor y tres en contra, un ajustado resultado que reflejó la división en un tribunal que por primera vez en sus 85 años de historia sentó en el banquillo a la fórmula ganadora de unas presidenciales.