San Juan.- Los puertorriqueños acudirán mañana a las urnas para votar sobre la relación política con Estados Unidos, plebiscito no vinculante y con poco ambiente en la calle que el Gobierno presenta como una consulta que tendrá valor ante Washington.
El Ejecutivo de Ricardo Rosselló, que favorece la opción de plena anexión de la isla a EEUU, ha centrado sus esfuerzos durante la fase final de la campaña -con escaso atractivo para la ciudadanía- en transmitir la idea de que el resultado del domingo 11 tendrá, por fin, consecuencias para el Congreso estadounidense.
La consulta será la quinta en la que se convoque a los puertorriqueños para preguntarles sobre la relación política entre Estados Unidos y Puerto Rico, un territorio del país norteamericano sujeto a los poderes plenipotenciarios del Congreso estadounidense, que algunos ven como una colonia y otros, desde que se dotó en 1952 de Constitución, como un Estado Libre Asociado.
Las consultas de 1967, 1993, 1998 y 2012 no sirvieron para nada, como, parece, tampoco lo será esta, aunque el Gobierno lanza el mensaje de que al haber dispuesto EEUU de una partida económica para la celebración del plebiscito este puede no caer en saco roto como lo hicieron todos los celebrados anteriormente desde 1967. (Efe)