En muchas oportunidades quise excluirme de toda publicación respecto al Seguro Social Militar, pero la ignorancia con que se toma ciertas medidas, me obligan a continuar en un asunto tan delicado. Existe un estudio matemático actuarial que determina porcentajes de aportes laborales, que deben asegurar la sostenibilidad de los beneficios, que no pueden desaparecer.
Pero según tengo entendido, en varias reuniones el eje central del país rechazó la propuesta de las autoridades de la entidad aseguradora y fue en forma amplia, tanto por sector activo como pasivo. Sin embargo el sector activo aceptó una prima elegida fuera de normas técnicas, que fue impuesta, ahora se está manejando un porcentaje también al margen del estudio. ¿Será la solución con datos agarrados de los pelos? Se cree que manipulando la prima se habría dado un paso importante para salvar el régimen del capital asegurado, por capricho de quienes manejan porcentajes, para pretender la aceptación del sector pasivo, la misma que no encaja en las regionales y la ciudad de La Paz. Ese tipo de razonamientos no dará solución al problema.
Cuando se lanza una resolución, ésta debe tener un respaldo de sostenibilidad, por lo menos por unos veinte o más años; existen varias formas de razonar sobre el estudio que eleva los aportes. La rebaja o el incremento deben estar sujetos a ciertas condiciones que no atenten contra los salarios y rentas, por ende los mismos deben mantener los beneficios. Todo se trata de pensar en forma consciente y analizar cómo, qué y dónde se puede dar cierta forma de holgura a los aportes sugeridos, y seguir manipulando una y otra característica, sin que se sujete a disminución salarial, en el caso de los activos y así también disminuir ostensiblemente las rentas y peor aún, en ambos casos, sujetarse a la percepción de un menor beneficio, como ya habían intentado y se plantea mantener disposiciones emanadas por el alto organismo de la entidad, finalmente por presión y disciplina militar.
Periódicamente se aconsejó, con publicaciones, una forma de salir del entuerto, pero sirvieron solo para criticar y hacer caso omiso a las mismas. Se nota que ahora las autoridades solo quieren salvar el momento a como dé lugar, sin precisar algo concreto. Un estudio actuarial es calculado por periodos cortos y según se plantea el caso, no tienen una idea de cómo se puede prolongar, mientras que éste serviría para periodos cortos, lo que supone que se asegura los beneficios de quienes todavía están en servicio activo. Debemos preguntarnos: ¿qué pasará con los que vienen por detrás?
Se hace imprescindible recordar una nota publicada el 18 de septiembre del pasado año, la misma que confirma los problemas por los que atraviesa la entidad respecto al capital asegurado. Pero un par de cabecillas anteriores del sistema pasivo hicieron desmentidos sobre la nota y expresaron criterios dañando la reputación de un profesional que conoce la materia. Esto da a entender que la ignorancia se impone al intelecto, especialmente dentro de su sistema, porque a quienes llega se les puede convencer dado el grado, en lo militar, aunque al final quienes pierden son los que creen en diatribas.
Es importante que se analice todos los pros y contras, para que los beneficios sean duraderos; los cálculos deben realizarse por periodos largos, mediante resultados concretos, donde debe primar el retorno del sistema de largo plazo, mediante la administración directa, sin intervención de organismos ajenos al sistema castrense. La fórmula tiene sus bases con un aporte que dé solvencia a la entidad. Muchos critican esta idea, pero es la más sólida, y tendría la virtud de no hacer temer por el futuro de los asegurados y sus beneficios. Además los jubilados del Senasir podrían tener cierto beneficio al margen de sus rentas.
Sin embargo ahora que ya se ha creado cierta discriminación entre ambos grupos, ésta puede ahondarse cuando se ponga en vigencia la nueva entidad, que reemplazará a las AFPs, la Gestora Pública, entidad que está obligada a funcionar con una nueva política regida por la Ley Nº 065.
Es necesario que revisen la nota publicada el 15 de octubre de 2015, en la cual se critica que las FFAA han dejado que el gobierno los despoje de todos sus bienes, pues la revisión de esa publicación les dará una idea de que en el futuro Cossmil podría pasar a manos del Estado, con todos sus bienes y resultando una entidad sin sentido de vida, especialmente respecto a la salud, pues ya el gobierno ha dado los primeros pasos con la libre afiliación. Se cree que por ser FFAA, responsables de la vida de la nación, éstas no correrán riesgo, pero ahora debemos preguntarnos: ¿por qué se ingresó a la capitalización individual y nada se dijo?, solo por consolidar los mayores ingresos por aportes a las AFPs y ahora para ingresar a la salud universal.
Por lo tanto y luego del análisis final tendrán como FFAA que lograr la autonomía integral de Cossmil, de esa manera habrá solvencia y sostenibilidad en el tiempo, salvando los beneficios creados por el Decreto Ley Nº 11.901 y no pensar, en que, ¿tal vez?, ¿quizás?, somos la fuerza del gobierno y nada pasará. Creer que esto es cierto solo demostrará que continuamos con el servilismo, aceptando todo lo que venga. Al paso que van, no existirán los beneficios que disponía originalmente el Decreto Ley Nº 11.901.
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