Seguridad vial en las escuelas, una responsabilidad compartida

Debemos partir de la premisa que las ciudades fueron construidas por y para los adultos, por lo que las medidas de prevención y seguridad que se adopta en estos espacios necesitan de una auditoría vial que identifique las deficiencias y proponga posibles soluciones que se integren a la realidad del sistema vial de cada ciudad, proporcionando beneficios en la circulación que repercutan en toda la población, priorizando la protección de los ciudadanos más vulnerables, como son niños, ancianos y personas con capacidades diferentes. En esta ocasión haré referencia a la seguridad vial que debe existir en el entorno de las unidades educativas.

1. Primer requisito básico: los padres de familia deben ofrecer la protección que los menores necesitan, sabiendo que son el primer modelo que ellos imitarán en el desarrollo de su autonomía como peatones, pasajeros y futuros conductores. Nada más observe el movimiento de las personas alrededor de la escuela en las horas de entrada y salida, podrá observar la cantidad de infracciones que se comete.

2. Los agentes de parada buscan ordenar la circulación caótica en las ciudades, a pesar de las deficiencias existentes en la infraestructura vial, esta labor no es suficiente, pues debe haber un trabajo coordinado con el resto de agentes implicados (familia, escuela, autoridades) y establecer las bases para crear entornos bajo criterios preventivos.

Entonces: ¿Cómo debería ser el entorno de una escuela?

A continuación, propongo algunos aspectos que se debería tomar en cuenta:

• Vías de circulación: lo ideal es que sean peatonales, de un solo sentido de circulación vehicular y ofreciendo mayor preferencia a los peatones.

• Señalización: las señales tienen por objetivo proporcionar información. En las vías de acceso a las escuelas debe haber señalización vertical y/o demarcaciones sobre la vía, que indiquen a los conductores que se encuentran próximos a una zona escolar, de forma que adopten las medidas de precaución necesarias y reduzcan la velocidad.

• Semáforos: la regulación por tiempos, facilita el tránsito peatonal en las horas de máxima aglomeración (entradas y salidas), así la como circulación de vehículos en el resto de tiempo. En caso de cruces amplios (avenidas de doble circulación), deben existir refugios peatonales para albergar a varias personas.

• Reductores de velocidad (rompemuelles): deben ser instalados antes de llegar a los pasos peatonales, permiten una desaceleración de los vehículos antes de la llegada al paso peatonal.

• Pasos peatonales: imprescindibles para permitir el acceso, deberían estar situados lo más próximo a la puerta de ingreso a la unidad educativa.

• Aceras y calzada: deben estar en buenas condiciones para evitar caídas de niños menores, cuyas habilidades motrices aún están en desarrollo. El ancho de las aceras se debe establecer en función de la cantidad de personas y niños que circulan por el lugar, debiendo ser lo suficientemente amplias para albergarlas y proporcionarles seguridad.

• Mobiliario urbano: la ubicación y distribución del mismo en ningún caso debe obstaculizar la visión de peatones y conductores, tampoco obstruir el paso peatonal y otros accesos. Asimismo, resulta urgente reubicar a los comerciantes.

• Áreas de estacionamiento: en unidades educativas del nivel inicial (prekinder y kinder), se debe tomar en cuenta que existe la necesidad de que estos menores sean transportados en dispositivos de retención infantil (sillas portabebés) adecuados al peso y talla, por cuanto los padres requieren disponer de un espacio donde poder sujetar y acomodar a sus niños en estos dispositivos en forma tranquila.

• Vallas de protección y canalización de personas: deben rodear todo el perímetro de la unidad educativa y ser instaladas con base en un estudio de la ubicación de los espacios abiertos en relación con los puntos donde se canalice a las personas hacia los cruces peatonales.

Conocer los dispositivos de seguridad vial, que deben estar instalados alrededor de las unidades educativas, permitirá que los niños aprendan las reglas de tránsito y que tengan mejores condiciones de vida, para que cuando sean adultos continúen respetando dichas normas y sean un ejemplo para la sociedad.

“Unidos por una cultura de seguridad vial”.

El autor es docente UNIPOL.

borismen55@gmail.com