La verdad aunque duela
El pasado 7 de junio el Presidente en ejercicio de los plurinacionales declaraba que el canciller chileno Heraldo Muñoz es una autoridad descalificada no solo por su comportamiento errático, sino por su lenguaje, además que “no tiene consistencia intelectual”. Por su parte el presidente del Senado decía que los chilenos están nerviosos y “si ladran es señal de que cabalgamos”. Muchos ciudadanos conocen el origen de estas declaraciones, por eso escribo lo siguiente.
El intelecto permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse mentalmente una idea determinada sobre la realidad de su existencia. El intelecto es el capital intelectual de los humanos, es demostrable mediante la buena oratoria, obras de arte, incluyendo trabajos científicos, etc. Estas capacidades mentales se las puede medir mediante un test psicológico conocido como “Coeficiente Intelectual” (QI). El valor medio es 100, por debajo de 80 es de retardo mental; entre 112 y 129 es de inteligentes, brillantes; alrededor de 139 es de científicos de elite; entre 145 y 150 es de genios.
Se sabe que el humano ha explorado todos los ámbitos de su existencia y su entorno, pero no ha logrado penetrar en la difícil contextura de nuestro cerebro. Conocemos superficialmente que tenemos un cerebro límbico y otro emocional o poliencefálico. Si éste último domina, el ser humano es de muy baja autoestima, que le conducirá al fracaso, o será agresivo e irracional. Por lo general en este campo se desenvuelven algunos políticos, al igual que los sociópatas fundamentalistas, seres que pretenden someter a las masas populares a una determinada creencia política-fanática o una determinada doctrina infundada, a ellos pertenecen Hitler, Mussolini, Stalin…
En Sudamérica están los Castro, Maduro, da Silva, Roussef, Kirchner, Correa y otros, que han querido imponer el socialismo Siglo XXI. Cuanto más intensa es la aberración intelectual, surgen genocidas sociales. En los últimos 18 años del Socialismo Siglo XXI, no hemos visto entre presidentes, legisladores, ministros, cancilleres, gobernadores, alcaldes, militares, policías, etc., a alguno que haya demostrado ser “brillante, científico o genio”. Todos no superan los 100 de QI, por lo que han dado como consecuencia una administración dolosa, más ligada al narcotráfico y por ende una revolución fracasada, que arruinó a su turno sus áreas nacionales y la vida psicosocial de grandes pueblos, por la angurria de poder y dinero, con alta dosis de odio, ira, terror y falta de lógica y creatividad.
Según los plurinacionales, los bolivianos debemos sentirnos privilegiados porque en ningún otro país existen mandatarios que prescinden del intelecto para gobernar un territorio representado en el parlamento por politiqueros, unos denominados “oficialistas” y otros “opositores”, quienes poco hacen por un pueblo sumido en una crisis económica, social y política sin parangón en la historia de la República de Bolivia, convirtiéndose rápidamente en una dictadura con estilo cubano.
En el Estado plurinacional socialista desde hace 11 años los gobernantes no muestran intelecto porque:
1.- Exhiben desconocimiento de la realidad nacional en todos los ámbitos de gobernabilidad. A raíz de ello, dentro y fuera del país muestran un panorama socioeconómico plagado de sofismas, ridiculizando al pueblo boliviano.
2.- Utilizan la Nueva Constitución Política, en concordancia con la mayoría parlamentaria, para someter a la justicia boliviana, a los altos mandos del Ejército y Policía, para corromper a organismos del Estado. Y con el pretexto de soberanía, democracia, libertad y progreso, los gobernantes de turno hacen y permiten hacer lo que les conviene en todos los acontecimientos y actos al administrar la cosa pública.
3.- Distorsionan los resultados económicos en todos los poderes, organizaciones, instituciones, empresas y “consorcios”, que son digitados a partir de la Presidencia y Vicepresidencia del Estado. En conclusión, el pueblo cuestiona: ¿con que criterio racional se gastó tanto dinero ingresado a las arcas del Estado en la última década? ¿En qué situación real se halla la economía blindada del Estado? ¿En qué se utiliza dinero y bienes que provienen del narcotráfico? Teniendo tanto dinero, ¿por qué la salud y la educación boliviana están catalogadas entre las más deficientes del planeta?
4.- Se dicta leyes, decretos o resoluciones contrarias al orden legal para nominar a los peores en lo que hacen y luego socapar la estructura gubernamental plagada de ineficiencia, lo que les facilita culpar y exponer a porteros y mensajeros como responsables de actos de corrupción acontecidos durante los 11 años del gobierno actual. Nunca caen los peces gordos, como sucede con los cárteles que se dedican a la “industrialización y exportación de coca”.
5.- Someten a muchos medios de comunicación y sus “operadores” para adular a los gobernantes y sus colaboradores, mostrándolos como grandes pensadores, etc., etc. Pero ellos son los que poseen “consistencia intelectual” para gobernar sin respetar el ordenamiento legal.
El autor es docente universitario.
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