Sin subsidio a carburantes, subiría el costo de vida

Desde hace muchos años los diferentes gobiernos están subvencionando el costo de los carburantes para mantener el nivel de vida de una población postergada económicamente. Además la producción agropecuaria baja, por las condiciones climatológicas adversas y aumenta la importación de alimentos.

Ante esta situación, la eliminación de subsidios a los carburantes ocasionaría graves consecuencias políticas y económicas, ya que la población boliviana no resistiría la subida de los precios de artículos de la canasta familiar, ni nuevas tarifas de transporte urbano y de carretera, que serían los resultados inmediatos de semejante medida.

Por este motivo durante años gobiernos diferentes no se animaron a suspender la subvención a los precios de los carburantes, cubriendo la diferencia con recursos del Tesoro Nacional, a fin de mantener los precios reales de la gasolina y otros energéticos de uso doméstico. Como siempre, los sectores pobres del país son los que más sufren por medidas anti populares. Esperemos por el bien del país que no se llegue a esos extremos. Si no hay seguridad de lograr buenos resultados con nuevas medidas, es preferible mantener la política de subsidios a los carburantes, porque permite que los precios de la canasta familiar sean aceptables.

En cuanto a los precios de minerales, estos son variables, pues a veces bajan demasiado y suben paulatinamente. Actualmente hay un ligero repunte en los precios del estaño. Con respecto a la agricultura, está intensificada en el área altiplánica, pero en el caso de la quinua ha bajado su precio por una creciente competencia de otros países. Si bien la producción de soya en el Oriente es buena, también ha bajado su nivel de exportación, debido a la competencia externa. En cuanto a la producción de azúcar, se observa fenómenos diversos. En la zona de San Buenaventura del departamento de La Paz se ha instalado un Ingenio, pero no hay suficiente producción de caña de azúcar, lo que significa un descuido grande, por lo que se ha convertido en un elefante blanco, que perjudica la demanda de los paceños. En Santa Cruz es inexplicable la subida del precio del azúcar, ya que la producción de caña no ha tenido problemas.

Lo cierto es que los niveles de exportación de la producción agraria en el país han descendido ostensiblemente por las condiciones climáticas, que han castigado a las áreas rurales. A esto se suma la aparición de plagas de langostas en el campo. Por el contrario, la importación de productos agropecuarios ha aumentado para cubrir las necesidades del país, la demanda de las clases populares. Por ello de Perú, Chile, Argentina y Brasil llegan productos que solucionan en gran parte el problema alimentario boliviano.

El autor es Profesor Emérito y ex-autoridad de la UMSA.