La ceremonia inaugural de la X Copa Confederaciones contó con 1.500 artistas y poca cantidad de espectadores en el estadio San Petersburgo.
AGENCIAS
El presidente ruso, Vladímir Putin, y el máximo dirigente de la FIFA, Gianni Infantino, dieron ayer la bienvenida a los aficionados de todo el mundo minutos antes del inicio del partido inaugural de la X Copa Confederaciones.
”¡Queridos amigos! ¡Vamos a ver fútbol! ¡Bienvenidos a Rusia!”, dijo Putin en el estadio San Petersburgo Arena, escenario del partido entre Rusia y Nueva Zelanda.
Putin recordó que Rusia acoge por primera vez en su historia un torneo de fútbol de naciones y que la Copa Confederaciones es “el ensayo general” con vistas al Mundial de 2018.
Prometió que Rusia organizará el torneo al “máximo nivel”, apeló al “juego limpio” y se mostró convencido de que millones de aficionados “disfrutarán del fútbol en Rusia”.
Además, dio las gracias a la FIFA y, en particular, a Infantino por apoyar los ideales del deporte y confiar en Rusia como organizadora del Mundial.
Mientras, Infantino recurrió al ruso “¡Spasibo!” para dar las gracias a las cuatro ciudades que albergarán partidos de la Copa Confederaciones: San Petersburgo, Moscú, Kazan y Sochi.
“Tengo solo un mensaje: venid a Rusia. Descubriréis un país hospitalario (...) y veréis el mejor fútbol de la historia”, señaló.
Casi media hora duró la Ceremonia Inaugural. Y tal como lo habían anunciado los organizadores, la obertura fue muy austera. Además, llamó mucho la atención la escasa presencia de público en las tribunas del estadio Krestovski en San Petersburgo, a sólo instantes de que Rusia se estrene contra Nueva Zelanda. San Petersburgo, Kazán, Sochi y Moscú estuvieron representadas por cosas típicas y culturales que las caracterizan. La obertura arrancó con la entonación de “El pájaro de fuego” de Igor Stravinsky.
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