El pavoroso incendio forestal que ha costado la vida de 61 personas y 62 heridos en una zona del centro de Portugal constituye una de las mayores tragedias de la historia reciente del país luso y ha generado una gran conmoción tanto por el número de fallecidos como por las dramáticas circunstancias en que se desarrolló.
El escenario de la tragedia no pudo tener tintes más dantescos: por lo menos 30 de las víctimas mortales (familias enteras entre ellas) perecieron carbonizadas al quedar atrapadas en sus vehículos por una lengua de fuego que les sorprendió cuando circulaban por una carretera. El voraz incendio avanzó con impresionante rapidez y arrasó todo a su paso.