COMUNICABILIDADES
Que un ciudadano cualquiera se exprese incorrectamente… se puede disculpar, al fin y al cabo cada persona habla de acuerdo con el tipo de educación que recibió y que aún recibe (porque el acto de aprender y educarse dura toda la vida).
Sin embargo, que un periodista, un comunicador o (peor aún) una autoridad se exprese incorrectamente… es casi un pecado para quienes defendemos el castellano.
Quizá sea mi talante de educador (que no puedo disimular) o mi perfil de comunicador (que salta a la vista)… lo cierto es que soy muy exigente con las formas de expresión verbal.
En las calles, en los comercios, en las oficinas y en los medios de comunicación escucho a diario expresiones incorrectas como:
“Ucha”, “pucha”, como expresiones de asombro (a mí me parece horrible). También escucho: “no´ps”, “si´ps”, en lugar de “no, pues” o “sí, pues”.
Se llega al extremo de destrozar el idioma al decir: “ques´p esto”. En lugar de decir: “qué es esto”.
Una autoridad entrevistada en un programa de radio decía recientemente: “Hoy habiu”, en lugar de “hoy ha habido” o (mejor aún) “hoy hubo”. La periodista que lo entrevistaba cometió también varios errores, entre otras cosas dijo: “por jemplo” en lugar de la forma correcta: “por ejemplo”. Otro: “Le dicho”, en lugar de “le he dicho”.
Ni hablar del desatinado “yaaaa”, que es como una jerga entre los más jóvenes o del famoso “aurita”, en boca de todos.
Este castellano “achuñado”, este castellano mal hablado, esta degeneración del lenguaje es un síntoma más de la falta de lectura, la falta de orientación y la ausencia de autocrítica en las formas de expresión locales.
(*) Director ejecutivo de Xperticia. Empresa de Capacitación y Asesoramiento en Comunicación.
(Sigue a Gabriel Astorga y Xperticia en Facebook)