La ONU y sanciones a Corea del Norte

Mientras la mayoría de los países anhela la paz y la concordia para la humanidad, Corea del Norte pretende imponerse con amenazas y muestras de armamento. Son muchas las pruebas realizadas por el ejército norcoreano que, manejado por el dictador Kim Jong-un, amenaza al mundo con una debacle nuclear. Desde hace varias décadas o más propiamente desde la firma del armisticio en Pam Mun Jon el año 1953, al declararse paro de hostilidades entre Corea del Sur y Corea del Norte, ésta última no ha trepidado ante nada con tal de causar daño a su vecino del sur y ha cobrado muchas víctimas utilizando túneles que abrió entre su territorio y poblaciones de Corea del Sur.

Desde la conclusión de la guerra con el armisticio de 1953, los dirigentes del norte no han evitado problemas, no solo a la parte libre y democrática, como es Corea del Sur, sino al mundo entero. Para el clan casi vitalicio, encabezado por Kim Il Song, padre del actual tirano Kim Jong-un, no es “aceptable que Estados Unidos haya apoyado a los gobernantes del Sur” y que, con ayuda financiera y tecnológica haya alcanzado altos índices de desarrollo y progreso hasta colocarse entre los países más avanzados del Asia.

Corea del Sur al producirse la “gran crisis asiática”, luego de haber logrado alto desarrollo, se vio en graves problemas y su PIB alcanzó condiciones muy bajas hasta colocarse, prácticamente, en país del segundo mundo; pero sobre la base de un préstamo de 40 mil millones de dólares del Banco Mundial, a 40 años plazo, recuperó su economía y el préstamo logrado lo pagó en menos de 10 años. Su pueblo, consciente de la grave crisis, contribuyó con lo que pudo e inclusive con las joyas personales para recuperar la situación de bonanza de su país. Este hecho resultó “indignante” para los gobernantes del Norte. Corea del Sur, desde la superación de su economía y altos índices para su PIB, resultó ser una de las potencias económicas del Asia y se colocó en los primeros lugares de desarrollo del orbe.

Para Corea del Norte, imposibilitada de superar el hambre, el subdesarrollo, la dependencia (de China, en alto grado) tomó el camino de armarse y fabricar armamento nuclear. Parecería que para el dictador-tirano Kim Jong-un no hubiese otro objetivo que el tener en vilo al mundo con amenazas de todo tipo. Por prevenciones que ha recibido inclusive de la ONU, ha continuado con experimentos de alta tecnología y ha declarado que no disminuirá el potenciamiento de sus fuerzas armadas con “miras a destruir al imperialismo norteamericano y a países que lo apoyen”.

Tanto las Naciones Unidas como los países con libertad y democracia prácticamente están indemnes ante la posición de Corea del Norte y, mientras no se adopte medidas punitivas o cambien la conciencia y actitudes del tirano Kim Jong-un, será difícil asegurar la paz en toda la península coreana.