La Fiscalía General denunció ayer al presidente brasileño, Michel Temer, por corrupción pasiva, cargo que solo será aceptado tras un análisis del Supremo y con el aval de la Cámara Baja, informaron fuentes oficiales.
El primer análisis de la denuncia será hecho por el juez Edson Fachin, instructor del caso en la Corte Suprema, quien decidirá luego si la remite a la Cámara Baja, que tendrá la última palabra sobre el asunto por normas constitucionales, según las cuales Temer será suspendido de sus funciones por 180 días si fuera aceptada.
Los legisladores de la coalición gobernante de Temer confían en que tienen los votos para evitar que se consiga la mayoría de dos tercios que se requiere para que el juicio proceda.
Sin embargo, la posición de Temer, quien asumió como presidente el 31 de agosto de 2016, es cada vez más frágil.