San Pedro y San Pablo

Al amanecer de este día tan gloriosos y solemne pregunté a mi corresponsal en el Palacio Real de la plaza Murillo si el Presidente Vitalicio había ordenado sacar el retrato del Che Guevara del recinto palaciego y había instruido la reposición de la Biblia para que sus nuevos colaboradores jurasen ante ella cumplir y hacer cumplir la constitución y las leyes del Estado Plurinacional y Folklórico. La periodista cochabambina quedó boquiabierta ante mi pregunta, pues jamás había escuchado esa posibilidad, pues muchísimas veces le había oído al sempiterno líder masista decir que sus seguidores deberían jurar con el puño cerrado y en alto.

La periodista se inquietó ante mis interrogantes y quiso saber la razón de éstos, contestándole sin anestesia y de sopetón que hoy es la fiesta de San Pedro y San Pablo y además es el día del Estado Vaticano y, por si eso fuera poco, se festeja como el Día de la Iglesia Católica; siendo esas las razones por las cuales el representante papal ante nuestro Estado ofrece una recepción diplomática, a la que suele asistir el cuerpo diplomático acreditado en La Paz y las autoridades que pueden estrenar uno de sus mejores trajes confeccionados a medida por el maestro Sillerico; revisando mis recuerdos no hallo ni uno solo donde los actuales gobernantes hubieran asistido acompañados de sus esposas o compañeras.

Con todo ese mar de recuerdos que conservo de mis tiempos en que solía acudir a recepciones diplomáticas, no fue extraño hallar al mandatario de turno y hasta el mismo vicepresidente asistiendo a la recordación de una fiesta católica tan importante.

Con este background pregunté a mi corresponsal si alguno de los colaboradores del Presidente le recordó la importancia de la Iglesia Católica en el mundo y la influencia que tiene el actual pontífice en la resolución de temas conflictivos e internacionales.

Ante este torrente de información que le brindé a mi discípula periodística, ella solo atinó a decirme que el presidente Evo Morales estaba muy ocupado con la llegada de los nueve compatriotas que arribaron al país después de cien días que estuvieron encarcelados, atropellados y juzgados por las autoridades chilenas. Lo cual seguramente le hizo olvidar que hoy es el día de la Iglesia Católica y del Estado Vaticano.