COMUNICABILIDADES
Atrás van quedando los tiempos en que la radio era un medio eminentemente “unisensorial”, es decir: un medio exclusivamente auditivo. Ahora la radio (para ser impactante) no sólo debe ser escuchada… también debe ser vista.
Este fenómeno surgió en la segunda década del nuevo milenio, cuando algunas radios europeas y norteamericanas empezaron a utilizar las redes sociales para “añadir” video a la radio.
Ya no es suficiente escuchar la radio, ahora es necesario ver cómo se hace radio, quiénes hacen radio y cómo lucen los estudios de radio.
Estos cambios introducen nuevas exigencias para los “radialistas”, quienes ya no deben cuidar sólo su voz o lo que dicen, sino cómo lo dicen y cómo lucen.
La radio de antaño estaba basada principalmente en la imaginación y en la imaginería, en el relato y en la descripción. Actualmente el soporte “extra” del discurso radiofónico debe ser la imagen.
Al conjunto de preocupaciones que tenían los productores radiofónicos (auspiciadores, tecnología, rating de audiencia, etc.) ahora se debe añadir otra exigencia del mercado: la visibilidad. La radio moderna debe ser vista.
Algunas radios paceñas ya incluyen imagen en sus plataformas digitales, pero en mínimas proporciones (sólo algunos programas o sólo algunos horarios), sin embargo es una tendencia mundial que difícilmente se la podrá ignorar.
Para algunas radios, la imagen llega justo cuando perdían audiencia y se traduce en una salvación. Para otras radios se constituye en un reto (o en un problema), todo depende del cristal con que se mire las nuevas tecnologías.
El desafío es adaptarse o desaparecer. Reinventarse o perecer.
(*) Director ejecutivo de Xperticia. Empresa de Capacitación y Asesoramiento en Comunicación.
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