Reciben en Tarija al sol de invierno

Añadiendo al solsticio andino-amazónico el rótulo de valluno que le faltaba, el pasado 21 de junio la población chapaca se ha sumado a los festejos del tránsito de una estación a otra, pues los lugareños antes al no identificar algún sitio patrimonial entre muchos de la región, tenían que conformarse hasta el pasado año en compartir el feriado con una parrillada entre familiares y amigos.

Sin embargo, según registra la prensa Aclo ha promocionado a orillas de Taxara a la comunidad Copacabana, que otrora cobijara milenarias civilizaciones, como la descubierta en Sama el año 40 del siglo pasado por Posnasky (Tullkumarka) o los magníficos caminos preincaicos con algunos pasos abiertos en roca viva, que junto a numerosos vestigios de centros ceremoniales y apachetas todavía se conservan en la zona.

Por otro lado, el cronista mayor de Charcas fray Antonio de la Calancha señala que el legendario personaje llamado Tunupa, luego de peregrinar en tiempos precolombinos por diversas latitudes del continente, pasó por esta urbe entonces aislada por la cordillera de las dilatadas e inhóspitas selvas, en tránsito hacia las tierras altas donde se ubicaba la más floreciente civilización de la época: Wiñaymarka (ciudad eterna), más conocida hoy por Tiwanaku.

La leyenda cuenta que portando una cruz en hombros, con las vestiduras raídas y aspecto de anciano barbado, llegó a Taxara en momentos que los habitantes se hallaban en un gran festín, y lejos de ofrecerle reposo o comida lo ultrajaron y echaron del pueblo, registrando la tradición oral que a la madrugada siguiente la ciudad quedó convertida en una gran laguna y sus pobladores en aves multicolores…

En nuestro tiempo, durante largos años ofició de párroco en el lugar Ananías Barreto, quien en libros de tradiciones relata que por las noches en la región se escucha un vago repiquetear de campanas y quejumbrosos lamentos. Casi al finalizar sus días, el cura fue trasladado al Santuario de Chaguaya, donde instaló un museo con piezas arqueológicas y geológicas recolectadas en el puesto anterior, entre las que se hallan restos óseos con cráneo trepanado, lo que muestra el avance científico que en remotos tiempos se conocía en la zona.

Otros cronistas de Indias relatan que prosiguiendo su marcha hacia el norte al pasar por la población de Cacha el apóstol hizo llover fuego y entrando a la legendaria metrópoli andina el maltrato que recibiera fue mayor, por lo cual convirtió a la ciudad en piedra y a sus habitantes en monolitos antes que las aguas del Titikaca la cubran.

La peregrinación de Tunupa alcanza su fin, cuando a orillas del lago es flagelado y martirizado en la cruz que portaba, y luego de amarrarlo de manos y pies a una balsa de totora arrojado a las aguas, contando la leyenda que el momento en que la balsa iba a chocar contra un farallón las rocas se abrieron, dando inicio al cauce del río Desaguadero, por el cual se marchó prometiendo retornar pasados los siglos.

En este solsticio, Taxara no fue el único sitio donde los tarijeños recibieron los primeros rayos de la alborada, pues los citadinos que se vieron imposibilitados de trasladarse antes hasta ese apartado lugar, optaron por uno más próximo a la capital y no se sabe si por casualidad (o causalidad) eligieron La Candelaria, comunidad vecina de una de las 7 maravillas del departamento: “La Angostura”...

Se trata de un cañón de 215 m. de largo por 35 de ancho, por el que algunos geólogos suponen en remotísimos tiempos se vaciaron las aguas de un gran mar interior, que se extendía desde Cusco, pasando La Paz, Oruro, Potosí y Tarija hasta el norte argentino, para millones de años después dar paso a las exuberantes selvas cuaternarias que cobijaron mamíferos prehistóricos de gran talla, como mastodontes, megaterios y gliptodontes...