Edificios lujosos en vez de hospitales y cuidar la salud

Si el gobierno y su partido hubiesen cumplido siquiera el cincuenta por ciento de sus compromisos iniciales de 2006, hoy el país estaría en franco desarrollo y se habría superado los grados extremos de pobreza; lamentablemente, no ha sido así porque más han contado las ambiciones, los deseos de mostrar poder y riqueza, las presiones partidarias, las posiciones en contra de todo lo que fue el pasado del país que, en definitiva, no cumplir con lo prometido. Lamentable, pero así fue la realidad.

El dinero recibido por el gobierno en casi diez años por las exportaciones de gas (algo de minería y otros) han colocado al Estado en envidiable situación financiera; es decir, con montos millonarios que nunca conoció ningún gobierno desde la fundación de la República. Ese dinero prácticamente colapsó debido a los excesos en gastos dispendiosos y a aquellos que han sido malversados, es decir, utilizados en cuestiones que no correspondían y que estaban fuera de los planes iniciales.

Así tenemos la infraestructura para que “vea el pueblo y verifique cómo gasta el gobierno el dinero”. Se construyó canchas de futbol en diversos sitios del país (muchas de ellas no pueden ser utilizadas, especialmente por los niños, porque previamente hay que pagar determinado monto como alquiler), sedes sociales para sindicatos y federaciones, caminos vecinales y una que otra infraestructura caminera y aeroportuaria, especialmente la construcción de un aeropuerto en el Chapare y refacción o ampliación de algunos otros. Lo que ha abundado es la construcción de edificios fastuosos, monumentos al derroche, estructuras que nada tienen que ver con las necesidades de la burocracia gubernamental que ha crecido desmesuradamente en los últimos diez años; en fin, edificaciones que el país no necesitaba porque las existentes para el funcionamiento de ministerios y otras oficinas públicas eran más que suficientes con inclusión de las que se tenía en alquiler.

En cambio de todo ello, ¿qué se podía y debía hacer? ¿Cuánto bien le hubiese hecho al mismo gobierno y su partido si hacía lo que debía? No hay hospitales públicos y los que hay tienen servicios deficientes porque no hay camas ni salas quirúrgicas necesarias, menos sitios para recibir a enfermos y muchos de ellos hacen largas colas desde la cuatro de la mañana para recibir atención médica y la reciben siempre que hayan logrado la ficha respectiva. ¿Cuánto dinero implicaría todo ello, contando, por supuesto, con las vituallas e instrumentos debidos conforme a lo que dicta la medicina moderna y, sobre todo, una buena atención? Millones de dólares, pero efectivos, correctos, debidamente empleados y con perspectivas de atender la salud para cuidar el tesoro humano que se tiene. Es dinero pudo ser bien empleado y fue despilfarrado inmisericordemente, algo que duele, frustra y angustia a toda la población.