La reciente presentación de la Orquesta de Cámara Juvenil de Bolivia Clásica nos ha mostrado que su nivel va en constante superación. Este permanente ascenso está consiguiendo su director Armando Vera Woudstra, imponiendo disciplina y exigiendo esfuerzo a sus componentes, que están alcanzando mayor virtuosismo. La Iglesia Luterana fue el escenario para el evento sensacional de la Orquesta, bajo la dirección de Israel Getzov, que tiene un currículum admirable como director de orquestas famosas en su país, Estados Unidos, en China y otros, dirigiendo orquestas notables. Y como violinista ha participado en distintas orquestas, con directores de renombre como Baremboim, Mehta, Rostropovich y otros. Es un joven director, que tiene una actividad muy intensa, ha dirigido la Orquesta de Bolivia Clásica con maestría, ductilidad y soltura, con delicadeza y fuerza al mismo tiempo. Conductores como Getzov también contribuyen al mejor desarrollo de la orquesta.
El programa en su primera parte comprendió el Divertimento en fa mayor de W.A. Mozart K.138 y la Suite Holberg, Op. 40 de Edward Grieg, ambas composiciones conocidas en nuestro ambiente musical, cuyo acto IV, Aire, de la segunda fue ejecutado con mucha dulzura.
Pero fue en la segunda parte, con la Sinfonía de Cámara para cuerdas, Op. 110 A, de Barschai Shostakovich, que fuimos sorprendidos, cuando el director hizo una previa explicación acerca de la obra dedicada a las víctimas del genocidio judío, traducida del inglés por Ricardo Estrada, sin la cual seguramente nosotros no hubiéramos comprendido el drama de la composición, muy simbólica, sobre todo por su moderna técnica; acostumbrados como estamos a los barrocos, clásicos y románticos que frecuentamos y gustamos.
La obra refiere pasajes de esa hecatombe que fue la Segunda Guerra Mundial, la angustia y el dolor de los judíos en ese holocausto, el bombardeo de la ciudad alemana de Dresde, destruida casi totalmente, en fin, son pasajes trágicos y conmovedores descritos magistralmente en esta composición del músico ruso. La orquesta tuvo un desarrollo tan magnífico que el director tuvo que hacer reconocimientos personales al concertino, a las violas y los chelos, especialmente a Andrea García, cuya actuación ya está muy reconocida.
A continuación se tocó dos danzas tradicionales chinas con tanta galanura que entusiasmó al público. El auditorio estalló en aplausos de admiración, que indujo al director a obsequiar otra pieza: El amante de la mariposa, que dijo ser un arreglo para orquesta del primer violín Alexander Lapich.
Debemos reconocer el desarrollo magnífico de la Orquesta de Cámara, un esfuerzo desinteresado y muy destacable de la Fundación Bolivia Clásica que dirigen los hermanos Ana María y Armando Vera, para elevar el nivel musical de sus componentes y de la sociedad paceña en particular, trayendo músicos notables que transmiten sus conocimientos y conductores como el brillante director Israel Getzov que nos ha obsequiado una velada maravillosa.
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