“Nunca se ha tenido el apoyo necesario”

Uno de los fundadores de la Fundación Cinemateca Boliviana y actual presidente del Concejo Municipal, Pedro Suzs, señaló que esta instancia nunca tuvo el apoyo necesario, pese al valor que tiene.

“Ha sido una tarea quijotesca y de hecho en todos estos años ha pasado por momentos muy difíciles en los cuales parecía inevitable el fin de ese proyecto. Se pudo salvar con el aporte, con la contribución de la cooperación internacional, de empresas privadas, también con la apropiación colectiva de esa institución y gracias a eso se pudieron salvar esos momentos difíciles”, dijo.

Aseveró que el Estado debiera apoyar esta Fundación porque es responsable de la preservación de los archivos en todos los soportes y en todas las formas. “El arte, la cultura, las producciones del espíritu colectivo nunca estuvieron en la agenda de las instituciones estatales, pese a que ha sido un proyecto para el rescate de una parte importante de los nutrientes de la memoria colectiva que ya no están en los textos sino en los productos audiovisuales que consumimos de manera cotidiana”, lamentó.

EL INICIO

“Cuando hace 41 años pusimos en marcha la Cinemateca, sin tener certeza de cuanto podía durar ese empeño, nos pusimos a buscar producciones nacionales que con anterioridad se habían producido y nos encontramos con que una gran parte se había perdido de manera definitiva lo cual significa un daño para esa nuestra memoria colectiva que es el fundamento básico para la construcción de la identidad colectiva y también para el desentrañamiento de lo que son los caminos a seguir a futuro, sin saber de dónde venimos es difícil averiguar dónde estamos y mucho menos tener la certeza de hacia dónde debemos ir”, sostuvo.

Aseveró que la contribución de la Cinemateca al cine boliviano radica en que muchos cineastas, que hoy están en actividad, tuvieron la oportunidad de ver la historia del cine boliviano y aprender de figuras importantísimas como Oscar Soria, Jorge Sanjinés y el grupo Ukamau, Jorge Ruiz, un documentalista valorado universalmente como uno de los más importantes documentalistas de América Latina y del mundo.

EL APORTE

Susz apuntó que el rescate de la memoria fílmica además de la construcción de una mínima cultura audiovisual ha sido el principal aporte de la Cinemateca. “En un medio en el cual seguimos hablando del analfabetismo tradicional pero no hablamos del analfabetismo audiovisual, vale decir de un sentido crítico de esas imágenes en movimiento que no solamente nos tocan en nuestros pliegues nacionales si no sobre todo en los sentimientos, recuerdos, afectos y por lo tanto tienen un impacto especial en las nuevas generaciones que pasan mucho tiempo frente a las pantallas que frente a los pizarrones o en las aulas escolares”, apuntó.

La Ley del Cine fue otro aporte, ya que tuvo un papel preponderante en la campaña y en la propia elaboración, que era una necesidad, aunque hoy día está en buena medida obsoleta porque no responde a un panorama audiovisual que ha cambiado con la introducción de los soportes y los medios de registro digitales. “En su momento fue un primer gesto de compromiso del Estado con la producción audiovisual y derecho a tener nuestras propias imágenes en movimiento”, señaló.

CINE NACIONAL

Para el fundador de la Fundación, el cine nacional de antes fue un reflejo y un nutriente esencial de los cambios que ocurrieron en varios momentos importantes en la historia. “Durante la revolución de 1952 el cine a través del Instituto Cinematográfico Boliviano tuvo un papel importantísimo, pero también el cine silente, fue un espejo interpelador a los hábitos de nuestra comunidad y puso sobre el tapete las heridas abiertas de la exclusión social y cultural, de la marginalidad de ciertos grupos en nuestra sociedad de manera que fue un aporte importante para el mejor conocimiento de nosotros mismos, de nuestra realidad y de las tareas que deberíamos asumir colectivamente para construir o cambiar esa realidad”, refirió.