Desde el año 2000
• Potabilización en la planta es insuficiente para consumo humano
Ante la dificultad de cumplir con los parámetros de calidad del agua para el consumo humano que se trata en la planta Achachicala, el año 2000 cuando aún operaba Aguas del Illimani S. A. (AISA) para el suministro del líquido vital y alcantarillado sanitario, la entonces Superintendencia de Saneamiento Básico (Sisab) flexibilizó los estándares técnicos establecidos en el contrato, argumentando que los índices acordados no se adecuaban a la realidad de las fuentes.
La investigación titulada “Agua y Minería en Bolivia ¿Riesgos Lejanos? El caso de la provisión de agua para consumo doméstico a la ciudad de La Paz,” autoría de Oscar Campanini G., Investigador CEDIB, revela que la flexibilización de los nuevos parámetros, límites y frecuencias de control de calidad de agua cruda y potable, aprobados mediante Resolución Administrativa RAR SSSB N°14/00 del 13/03/2000, están vigentes transformando el carácter transitorio de esa disposición en normativa sólo para la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (Epsas).
Estos nuevos criterioso o “Valores Modificados Transitorios” incrementan el límite permisible en el proceso de tratamiento de agua en 50% para Sulfatos, un 100% para Aluminio y un 900% para el arsénico, además de modificar las frecuencias de muestreo para monitorear varios parámetros.
Esta ampliación de parámetros si bien argumenta que estos valores no son nocivos para la salud, aspecto debatible, señala la investigación, están vigentes desde el 2000.
No obstante de las mejoras al sistema de tratamiento de estas aguas, persisten los preocupantes problemas en relación a su la calidad porque no se han tomado las medidas necesarias para resolver el problema central, que es la fuente de agua contaminada por la minería.
“Ni la empresa privada durante más de 7 años, a pesar de varias auditorias que denuncian estos problemas, ni la empresa público-social durante 12 años ha realizado las inversiones necesarias para captar fuentes de agua alternativas; manteniendo como fuente una presa que capta los pasivos mineros de una operación que ya dejó de funcionar hace 30 años”, revela el informe.
CONTAMINACIÓN E IMPACTO AGRÍCOLA
Si bien el tratamiento de esas aguas reduce de manera importante el índice de contaminación, este proceso genera alrededor de 134 toneladas diarias de lodo con alta concentración de metales que son vertidas a los ríos Choqueyapu y Kantutani, convirtiéndolos en fuente de contaminación que nutren la planta Achachicala.
El río Choqueyapu nace en las montañas del Chacaltaya donde tiene la denominación de río Jhunu Tincu Jahuira, luego Kaluyo y después Choqueyapu que discurre por la ciudad de La Paz, donde recibe aportes de los ríos Orkojahuira, Irpavi, Achumani, Huañajauira, Cotahuma y Achocalla. El Choqueyapu recibe el nombre de río La Paz desde la población Río Abajo hasta los valles del municipio de Mecapaca, cuya actividad agrícola se sustenta con esas aguas.
Entre otros aspectos, la producción agrícola de la población de Mecapaca provee de legumbres fundamentalmente a las ciudades de La Paz, El Alto y poblaciones aledañas.
Arsénico, cobre y zinc en suelos y productos agrícolas (mg/kg)
La auditoría ambiental al río Choqueyapu acera de los índices de contaminación efectuada por la Contraloría General del Estado (CGE) el año 2013 señala que “… las deficiencias en el desempeño de las entidades que fueron examinadas se reflejaron en un ecosistema dañado conformado por cuerpos de agua contaminados y en la manifestación de consecuencias reales y riesgos potenciales importantes para la salud pública por efecto de la persistente y creciente polución fisicoquímica, microbiológica y toxicológica que se está generando en los cuerpos de agua y en componentes del ecosistema directamente implicados por las prácticas de riego, creando contaminación de suelos y productos agrícolas destinados al consumo humano. (Despacho del Contralor, Subcontraloría General, Gerencia de Comunicación Institucional. julio de 2013)”
NUEVAS INVERSIONES
La crisis del agua en la ciudad de La Paz ha motivado la inversión en nuevas captaciones de agua, varias de ellas identificadas ya el 2014 como parte del Plan Metropolitano, calificados como obras de urgente ejecución.
La nueva presa en la parte alta del río Choqueyapu, cuya ejecución fue anunciada por el actual interventor de Epsas, Humberto Claure, y las tomas de Palcoma, Pongo, pueden ser un importante alivio pero no resolverán el severo nivel de contaminación por la minería y los problemas de coliformes fecales y solidos disueltos, vinculados a la deficiente calidad de agua que proviene de la toma del Río Choqueyapu.
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