Los anales del periodismo escrito boliviano se caracterizaron desde tiempos de la fundación de la república por las dificultades de sus oficinas administrativas que sufrían los obstáculos económicos, así como por la austeridad que sufrían los periodistas que tenían salarios insignificantes o no los tenían. Rara vez los periódicos oficialistas gozaban de pequeñas subvenciones, pero la duración de esas ayudas, si se las puede llamar tales, terminaban en cuanto los gobiernos patrocinantes quebraban o no duraban en el Poder. Entonces los empresarios quedaban con deudas y no se les permitía que continúen la publicación de los periódicos, casi siempre bisemanarios.
Esa situación de los periódicos duró casi toda la vida republicana, por lo cual en las bibliotecas no se guarda colecciones de los mismos, pese a la importancia de los datos que registraban de grandes acontecimientos y, por tanto, al presente no se cuenta con fuentes primarias de información. Se puede decir que ni siquiera se guardó algunos periódicos con acontecimientos de esas épocas.
Son raros los casos de gobiernos que subvencionaron con regularidad a los periódicos oficiales, tales como los gobiernos de Mariano Melgarejo (El Comercio), de Bautista Saavedra (El Republicano), de Néstor Guillén (Alambre de púa) y otros, todos oficialistas en su integridad.
En el siglo pasado, algunos diarios oficialistas también recibían pequeñas subvenciones, pero éstas eran tan insignificantes que sus administradores tenían que endeudarse, pues inclusive la publicidad oficial era tan mezquina que no les servía para pagar a sus redactores, quienes ganaban magros salarios y se les cancelaba con atraso. Sus artículos eran pagados por centímetros.
En medio de esa historia de austeridad, los periódicos que sobrevivían eran los particulares, financiados por empresas oligárquicas, aunque éstos también estaban sometidos a caprichos oficiales que les privaban de publicidad y los acosaban con pago de impuestos.
Esa larga historia se quebró, sin embargo, en últimos años. Según datos del Ministerio de Economía, el actual diario del Estado Plurinacional de Bolivia (Cambio) estuvo siendo financiado en cuanto a gastos administrativos y personal periodístico a razón de cerca de un millón de dólares al año, lo que significó, desde el año 2010 hasta el 2016, algo más de 73 millones de bolivianos. El año 2010 fue financiado con 6.240.673 de bolivianos, suma que subió de algo más de 13 millones de bolivianos desde el año 2011, para pasar de los 14 millones en 2015.
El diario estatal, propagandista del gobierno, se edita en La Paz en tamaño tabloide con 16 y 24 páginas diarias, algunos suplementos dominicales y los discursos diarios del presidente del Estado. Goza de creciente publicidad oficial y varios beneficios. No se conoce su tiraje. Depende del Ministerio de Comunicación.
Esa manera de financiar un diario estatal es absolutamente nueva y rompió la tradición de mantener, aun a los periódicos oficiales bolivianos, en la pobreza y a los periodistas en verdadera mendicidad. En esa forma, se rompió la vieja tradición de los gobiernos de publicar un diario oficialista. Este diario estatal se fundó por iniciativa del presidente Evo Morales, por decreto supremo el 22 de enero de 2009. Al cumplir ocho años de existencia, destacó que realizaría una “labor periodística, mostrando a diario un periodismo plural y objetivo en la gestión de gobierno encabezado por Evo Morales”.
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