Deficiente operatividad en YPFB y Comibol

Durante el período 2006-2016 en YPFB (la mayor exportadora y gran generadora de impuestos) y Comibol, en lo relativo al valor de exportaciones, personal y política salarial, exploración, proyectos, crítica situación y forma de encararla, se dieron situaciones parecidas.

VALOR DE EXPORTACIONES

En ambas instituciones el extraordinario incremento del precio de las materias primas, entre ellas el gas natural y derivados en el caso de YPFB y el estaño y en menor medida el cobre que produce Comibol, tuvieron gran influencia en el valor de las exportaciones.

De acuerdo con datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) para el período 2008-2016, las exportaciones de YPFB crecieron de 2.135 millones de dólares (M$us) en 2009 a 6.681 M$us en 2013, bajando a 4.032 M$us en 2015 y 2.194 M$us en 2016. En el caso de Comibol, según el Ministerio de Minería y Metalurgia, las exportaciones subieron de 94 M$us en 2006 a 308 M$us en 20011 y 284 M$us en 2016. Interesa hacer notar que en el caso de YPFB tuvo también fuerte influencia el volumen exportado, que subió de 13.357.850 toneladas (t) en 2009 a 23.982.853 t en 2014 (IBCE).

PERSONAL Y POLÍTICA SALARIAL

Como en todas las instituciones estatales, en ambas existe mucha burocracia y exceso de personal y los incrementos en la masa salarial fueron muy elevados. En YPFB con sus subsidiarias Chaco y Andina (ambas participan en exploración y producción), Petroandina, Refinación, Transporte, Transierra, Logística y Logística y Gas Trans Boliviano hay burocracia y personal en exceso (más de 5.000 trabajadores). En Comibol para su esmirriada producción traducida en 8% de las exportaciones mineras, existe una tremenda burocracia. El personal de la mina Huanuni se incrementó de 1.000 a 5.000 en 2006 y actualmente tiene unos 3.500 trabajadores. En Colquiri se incrementó de 500 a 1.200 trabajadores en 2012.

El artículo “En YPFB se gana desde Bs 4.786 hasta casi Bs 50.000” (publicado en un matutino local el 07/07/17), en un cuadro muestra que desde 2006 hasta 2016 el incremento salarial para la categoría más baja (Vigilante II, mensajero I, chofer II) subió de Bs 2.100 hasta Bs 4.768, vale decir se incrementó en 127%, mientras que la categoría superior (Presidente) se incrementó de Bs 13.990 a Bs 19.095, solo un 36% El incremento inversamente proporcional al salario aumentó en forma desmesurada la masa salarial, haciéndola insostenible porque estrechó las diferencias salariales. En 2016 el sueldo del Vicepresidente era Bs 19.075, solo Bs 20 menos que el del Presidente, inexplicable por las responsabilidades de cada cargo.

El artículo indica “Sin embargo, la escala salarial para el personal especializado en las áreas estratégicas y operativas de YPFB está entre 17.120 y 48.150 bolivianos (dato a 2014)”. Inconcebible que el Presidente gane menos que muchos funcionarios subalternos.

La política salarial en Comibol se tradujo en notables incrementos de salarios, precios de contrato, bonos y mitas extras en Huanuni que incrementaron en forma intolerable el costo de labor, que representó el 77% del costo mina en 2009. Las concesiones salariales fueron menores en Colquiri desde el 2012, en que volvió a operarla.

EXPLORACIÓN INSUFICIENTE

Varios especialistas en hidrocarburos han hecho notar la insuficiente (o deficiente) exploración en YPFB, por cuya consecuencia no ha descubierto desde 2006 ningún megacampo gasífero y que la sobreexplotación de los campos existentes ha disminuido las reservas y la producción de gas (21.573.869 t en 2016). No existe certificación de reservas desde 2013, que según la Ley 3.740 debe ser anual.

Desde su creación en 1952 Comibol descuidó la exploración, que requiere gran inversión y cuyas posibilidades de éxito son mínimas y como consecuencia, no puso en operación ni una mina nueva.

PROYECTOS DUDOSOS

YPFB encaró proyectos de gran inversión, pero dudoso resultado, como la planta de Urea de Bulo Bulo (920 M$us), mal ubicada y mercado incierto para su producción de 702.625 t/año de urea y la Planta Separadora de Líquidos del Gran Chaco (159 M$us) que operaría muy por debajo de su capacidad inicial de 1.100 t/día, por falta de mercados para el GLP.

En Comibol los nuevos proyectos como la rehabilitación de la fundición de bismuto de Telamayu (2 M$us) y la puesta en marcha de la fundición de plomo-plata de Karachipampa (62 M$us) resultaron fracasos. El nuevo ingenio de Huanuni (60 M$us) no podrá ser abastecido con 3.000 t/día de mineral de estaño. El proyecto de litio (920 M$us hasta su conclusión) que dependió de COMIBOL hasta marzo, está demasiado atrasado y no creo que pueda producir carbonato de litio grado batería.

CRÍTICA SITUACIÓN Y ARREGLO

No cabe duda de la crítica situación económica de ambas empresas, pero solo una auditoría minuciosa podrá determinar su verdadera situación económico-financiera. No se conoce datos de costos de producción, ni cuánto amortizaron los elevados créditos que les facilitó el Banco Central de Bolivia, ni los fideicomisos que recibió Huanuni.

YPFB ha optado por una reingeniería que incluye reducción de personal, que ya ha tropezado con la oposición de los trabajadores. Comibol ha intentado una refundación, que entre otras medidas incluye también la reducción de personal, que ha sido rechazada por la FSTMB. El fondo de la situación crítica de ambas empresas es la elevada burocracia, el excesivo personal y los elevados salarios (además de la corrupción), cuya reducción será casi imposible de lograr.