Es muy extraño el comportamiento de los directivos de la Caja Nacional de Salud que se sabe es entidad que posee mucho dinero para atender sus necesidades, construir hospitales y modernizar sus instalaciones. No cuenta con medicamentos para la atención de asegurados y menos para proporcionar medicinas en hospitales, según denuncia de los propios asegurados que periódicamente se quejan por los malos servicios hospitalarios.
Hace un par de años, directivos de la CNS informaron -y así se publicó en diversos medios de comunicación-: “La CNS cuenta con 500 millones de dólares disponibles”. Jamás se reveló planes o proyectos para invertir tal capital que, además, para nadie está errado porque se entiende que tanto los aportes laborales como patronales son depositados regularmente en sus cuentas; aparte de ello, se debe entender que el gobierno debe cumplir regularmente con los aportes por la excesiva burocracia que tiene en planillas. Al margen de todo ello, muchas veces se ha sostenido que la CNS contrae determinados préstamos con “miras a modernizar sus equipos, proveer normalmente de vituallas y medicamentos a sus instalaciones”. ¿Cuál es la realidad de todo ello?
Por todas las informaciones que circulan, parecería que la CNS no tiene dinero, que sus cuentas estarían en falencia y que por todo ello es imposible la debida planificación y aplicación responsable de un presupuesto que contemple la cobertura de todas sus necesidades. La CNS es la aseguradora social más grande del país, cuenta con instalaciones hospitalarias y policlínicos en toda la nación; el personal que tiene -especialmente médico y del que no hay mayormente quejas o reclamos de los asegurados, especialmente en atenciones quirúrgicas- es de buena calidad profesional, salvo excepciones que nunca faltan.
Hace pocos días surgió la noticia de “la no existencia de medicamentos” y que por ello muchos pacientes se ven obligados a atender sus requerimientos acudiendo a las farmacias; pero, ¿cuál es la situación de los asegurados que no cuentan con el dinero necesario? ¿Estarían obligados a esperar que mejore la condición de la Caja a riesgo de su salud? Hay, pues, denuncias que no tendrían razón de ser y, si son efectivas, los directivos de la entidad están obligados a corregir.
La CNS contó siempre con un directorio que, se debe entender, estaría conformado con profesionales de la salud que sean honestos, responsables y conscientes de la importante labor que deben cumplir; pero la mala administración que demuestra casi permanentemente la CNS muestra la existencia de fallas imperdonables porque la salud de los asegurados no puede estar supeditada a errores o ineficiencias personales de directivos, profesionales y empleados de la entidad. Es importante que los yerros habidos sean corregidos y, si hay dinero, emplearlo debida y honestamente.
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