Bono Dignidad, incremento a rentas y Ley de Pensiones

La desilusión de las personas de tercera edad se debe a que todo estaba concentrado en el incremento al Bono Dignidad. Es que la forma de presentación, la propaganda y el sinnúmero de slogans sobre el indicado bono, hacía pensar al ciudadano que el mismo tendría cierta analogía con el aumento a los salarios de los trabajadores y a partir del primer mes de la gestión o sea desde enero. Pero la alegría duró poco, pues cuando a un anciano le correspondía cobrar, se encontró con que solo era desde el mes de la promulgación de las disposiciones del gobierno.

La tristeza y decepción solo se puede comparar con la amargura que repercutió con más fuerza en quienes no tienen más soporte que esa pequeña ayuda. Las autoridades debían pensar y analizar con cuidado el caso y no hacer el anuncio solo por agrandar su necesidad de votos que, desde ya, publicitan, dando muestras de la gran bondad del gobierno, por los esfuerzos que supuestamente hace a favor de los ancianos.

No quisiera mencionarlo, pero es importante tener en cuenta que nuestro país está ilusionado con bonos, especialmente los de la tercera edad, con bonos para todo. Pero cuando uno se da cuenta, dicho beneficio no tiene un respaldo sólido y en cualquier momento podría venirse abajo, como sucede actualmente con el famoso alimento “Carmelo’’, que tuvo cierta duración y a la fecha no se explica por qué empieza a fallar la provisión.

Ahora también podemos referirnos a otro engaño, otra frustración, el incremento de rentas, ya que al unir el aumento al Bono Dignidad y el pago acumulativo, se dio inicialmente una buena impresión. Pero si se analiza el mismo, el incremento a las rentas fue un fraude, ya que está fuera del porcentaje que indicaron las autoridades y al fusionar ambos solo se nota que aplicaron una artimaña, que en primera instancia tuvo buen recibimiento. Sin embargo ante la dura realidad, creo que hasta los dirigentes de los jubilados se dieron cuenta y salieron defraudados.

Pero el engaño más significativo es la Ley de Pensiones, la misma que ha sufrido grandes reconocimientos por quienes debían defender a los trabajadores y solo van contra de la economía de todos, como la Central Obrera Boliviana, que permanentemente traiciona a quienes debe proteger consiguiendo beneficios para la vejez futura. Desde Montes, que dio su visto bueno para que se apruebe la indicada ley, personaje que recibió la dádiva de senador solo por apoyar una ley indigna, esos dirigentes y los siguientes seguramente están defendiendo sus intereses y no de los trabajadores.

La Ley de Pensiones y sus disposiciones conexas ya han determinado un tope de Bs. 3.200 y con un convenio firmado los dirigentes de la COB como una gran conquista obtienen que se incremente al tope Bs. 230. Creo que a estos dirigentes debería darles vergüenza firmar estos convenios, lo correcto era exigir al gobierno que se prepare una nueva Ley de Pensiones que favorezca realmente a los trabajadores, otorgándoles una pensión que por lo menos llegue al 70% del promedio de los 12 últimos salarios ganados. De otra manera, como en la actualidad, sólo percibirán rentas hasta de un 40% de su salario. Como se sabe, lo único que se ha conseguido son rentas miserables y peor aún, con incrementos paupérrimos. Si continúa esta situación y no se transforma la Ley de Pensiones que entró en vigencia, los futuros jubilados serán sentenciados a morir de inanición.

Las autoridades se concentran en confundir a la población, cuando ya están jugando con que posiblemente se pagará el segundo aguinaldo, pero por qué no se realiza un estudio (que no es difícil) sobre una reforma sustancial de la denominada “ley del genocidio”.

Seguiremos soportando las mentiras del gobierno cuando en grandes discursos proclama que en Bolivia terminó la pobreza, sin embargo vemos cómo la gente muere de inanición, que la delincuencia aumenta, que en las calles de las ciudades hay grandes cantidades de bebedores y cleferos que atentan contra las personas. ¿Eso es erradicar la pobreza? Qué equivocados vivimos en nuestro país, mintiendo ante la comunidad mundial al decir que Bolivia es un país económicamente fuerte, cuando se sabe que no hay fuentes de trabajo y las pocas existentes están copadas políticamente por los servidores del partido de gobierno.