Miles de danzarines participaron en fastuosa entrada 16 de Julio

La fastuosa entrada de la festividad de la zona 16 de Julio de El Alto, comenzó con mucha demora, pero ello no impidió observar la fuerza de esta tradicional festividad en conmemoración a la patrona de la ciudad, la Virgen del Carmen.

La demostración de fe religiosa y cultural recorrió la avenida Juan Pablo Segundo, hasta llegar a la plaza La Paz, en la zona 16 de Julio, donde se instaló el palco oficial.

A lo largo del recorrido se instalaros tarimas y sillas donde el público se apostó para observar el paso de las 59 fraternidades que expusieron la variedad multicultural de la festividad, expresada en una diversidad de danzas folklóricas del país.

Al igual que la fiesta del Gran Poder, en esta ocasión, los devotos danzarines se explayaron con la versatilidad de los movimientos y la cadencia de las danzas livianas, mientras que las danzas pesadas cansinas por su coreografía arrancaron aplausos de la concurrencia. Las denominadas danzas originarias, hicieron lo propio por su carácter emergente en la festividad.

PRESTE MAYOR

"Es la única entrada que fusiona lo autóctono con lo folklórico, como un reflejo de nuestras raíces aymaras. Pero esto lo hacemos por fe aquí nunca se dice cuánto hemos gastado y todos somos devotos y bailamos con fe”, dijo a EL DIARIO el Preste Mayor, Freddy Illanes Luque.

Por más de cinco kilómetros, al menos 7.000 danzarines, demostraron la grandeza de la cultura, pero también su devoción. "Es difícil calcular, en el caso de las morenadas se tiene entre 1.600 a 1.800 fraternos, las danzas livianas llegan a 300", explicó.

Sin duda, la morenada fue la danza “preferida”, porque de alguna manera reflejaría el poder económico de los fraternos muchos de ellos transportistas, comerciantes o matarifes. Abundaron, diablandas, tinkus, incas, caporales, antawaras, entre otras manifestaciones , además de danzas autóctonas de las provincias del departamento.

CEREMONIA

Apegados a las tradiciones los prestes, acompañados por los representantes de las fraternidades y sus invitados, procedieron a la tradicional ceremonia de "traspaso de preste". En medio de brindis, alegría y cueca, Illanes y su esposa, Flora Ramos, dieron la responsabilidad de la fiesta al nuevo preste2018, Ernesto Huanca y Angélica Paco, que continuará con la tradición.

Pasaron 33 años desde que en los años de 1970, un grupo de vecinos organizaron la primera entrada en honor a la Virgen del Carmen y ahora la festividad logró consolidarse para convertirse en la segunda, "gran fiesta de los andes", a más de 4.000 metros de altura.