La salida marítima

El periodismo es el único que se preocupa por una salida independiente y en lo posible soberana al mar para Bolivia, pues a las autoridades del sector, desde el Gobierno hasta la burocracia correspondiente, parece no interesarles para nada.

La razón de ser del periodismo es el servicio público con devoción y entereza, pues particularmente no es beneficiario de nada en absoluto. Las únicas causas y preocupaciones que tiene están relacionadas con el país y sus habitantes.

Con frecuencia machacona, el periodismo es el único que se preocupa de que Bolivia sea dependiente de servicios y recursos, pese a que tiene posibilidades para salir de este “encuevamiento”, como con tanta certeza dijo de los bolivianos, hace muchos años, un distinguido intelectual peruano que visitó La Paz.

Chile nos arrebató el amplio acceso al océano Pacífico por el rigor de las armas, aprovechando que Bolivia es un país pacifista, al punto que sus cinco vecinos le arrebataron algo. Pudo pasar desapercibido esto, pero la herida que por siempre tendrán es la pérdida de su amplia costa marítima.

Fueron nada menos que 120 mil kilómetros cuadrados en total, pero lo que más tenemos que deplorar es que 400 Km fueron la parte territorial boliviana que tenía vecindad con el mar. Esto jamás lo olvidaremos y, por tanto, la vecindad que aún tenemos con el país autor de esa usurpación nunca será de hermandad, pese a que es con su gente con la que en lo social mejor nos entendemos y nos llevamos. Y esto lo ponemos de relieve porque, a pesar de todo, permanecerá, al menos personalmente siempre tuve esa grata experiencia.

En el último tiempo se ha mencionado en los distintos órganos de prensa, con información y comentarios, que había que aprovechar Puerto Suárez como el punto nodal que nos puede permitir salir con las mejores posibilidades hacia el océano Atlántico.

Lo condenable es que las autoridades del régimen actual nada hacen para que tal posibilidad empiece a ser efectiva. Pues toda obra demanda inversión de recursos. Pero se debe tener también presente que no se necesita disponer del total de los mismos para empezar el emprendimiento del caso.

Toda iniciativa, por más modesta que sea, requiere planificación y sobre esta base comenzar a dar los primeros pasos para poner en marcha el proyecto respectivo. Corresponde remarcar este detalle, porque el Presidente está en la suyo y tiene sus prioridades, acerca de ello.

Pero a los ministros les recae la obligación y responsabilidad de ponerse en acción al respecto. No precisamente a los mensajeros. ¡A menos que a esto se reduzca su entendimiento sobre la autoridad que ejercen!

Al tratar este asunto lo estamos haciendo con cierta dureza, porque es ya indignante que los ministros y otras autoridades que tienen que involucrarse en el proyecto nada hagan, ni siquiera digan pío.

En el periodismo todos los días tenemos que ser activos y propositivos, porque de otra manera no existiría la obligación que tiene de editar periódicos todos los días, ni se difundan noticias verbal y gráficamente -por radio y televisión- gran parte del día. Y lo hacen porque esta es su razón de ser, como también debería entenderse que son los ministerios y los organismos estatales. Cada día deberían tener un producto objetivo que mostrar para justificar su existencia.

Y si no es así, para qué tanta burocracia y peor todavía semejante gasto financiero diario que se realiza con el aporte de los impuestos públicos, que todos los habitantes del país están obligados a pagar.

Cuando nada efectivo y real se hace todos los días, quiere decir que esa gente, que se atribuye altas funciones de Estado, como aquella que es su dependiente, no tiene razón de existir ni de ser. En lenguaje real eso se llama usurpación o mal gasto de fondos públicos que son provistos por los ciudadanos, en este caso apropiadamente habría que llamarles tontos útiles.