Juan Bautista del C. Pabón Montiel
Este plan para revisar mochilas de estudiantes en Puerto Suárez es de buena fe, porque lo hacen por la incapacidad de conocer cómo se hace la verdadera prevención en drogas y alcohol. Pero, desglosemos:
Beber inmoderadamente y drogarse es evasión (1), por distintas razones que subyacen en el subconsciente (2), encontrar sus causas no es una tarea fácil, menos de otras latitudes. Enumeraremos las causas principales:
Desestructuración de la familia, con la ausencia obligada de unos de los padres o a veces de ambos. La ausencia de la madre en la formación de los hijos es mortífera -por decir algo-. Todo puede faltar, menos el amor materno, así no haya más que avena o café con pan en el almuerzo. Pero que haya mamá, con el calor de progenitora. Esto lo sostenemos y probamos por haber tenido el privilegio de ser educados por religiosas y laicos en el Hogar de Huérfanos de la “Guerra del Chaco - Félix Méndez Arcos”. Los hogares fueron un camino, no una solución y una familia que nos cobijó los mejores años de la infancia.
Volvemos al tema. Ambas enfermedades son multicausales, aunque en el año 2000, cuando se descifró el código humano, se comprobó que era hereditario el consumo de drogas y alcohol, en un 64%.
El plan “Mochila segura”, señores, es un ofensa a la condición de personas de los alumnos (3), aunque los estudiantes avisados de la revisión de las autoridades, naturalmente que no llevarán alcohol, menos drogas en sus hombros. No se puede, señores, con el título de “prevención” ultrajar la condición de personas -reiteramos el término- de los muchachos.
Ninguna prohibición ha funcionado, no tendrá efectos, en tanto no se ataque las causas, que son sumamente delicadas, por su misma poderosa adicción. Champaña, bicervecina, cerveza o alcohol puro son legales; lo ilegal es la droga, pero se la puede conseguir en la esquina. ¿Cómo destruir los nexos entre consumidor y proveedor o vendedor? La Policía los conoce, los consumidores también. ¿Entonces? Estamos en fojas cero, señores.
Esto es grave, la familia destruida, la sociedad partida; sin conocer, menos entender que el famoso “¡Di sí al deporte y no a las drogas!” fracasó por los años 70, 80 y 90, pese a la gigantesca inversión de la empresa privada, la creación de CESE y Seamos. Los mismos ejecutivos de la institución desaparecida admitieron que el consumo subió (¿?).
¿Volvemos al punto cero? ¡Es indudable! Estamos pisando y operando en un terreno deleznable en que la juventud ve, aprende el consumo como normal, en la casa, en fiestas privadas, públicas y otras festividades religiosas. Los niños son enviados a comprar licores, aun siendo pequeños.
La famosa ley “contra el consumo de alcohol, en lugares públicos y otros centros” fue trabajada y promulgada sin conocer algo de las dos enfermedades, así declaradas por la Organización Mundial de la Salud. ¡Las leyes se las acata, pero no se cumplen!
¿Quieren comprobar? Hay Entradas por todo y de todo: desde el Gran Poder, Carnaval de Oruro, entradas universitarias; festividades desde San “Pretexto”, hasta San “Puente” (entre paro del viernes, con el puente del sábado y domingo. Total: tres días de ocio infecundo. ¿Cuál ley, señores?
Final: ¡Los errores y equivocaciones en prevención, provocan más consumo!
REFERENCIAS
(1) El autor de esta nota es coautor de la obra: “Estudio de psicología - Usted, ¿tiene problemas con el alcohol?”, editado por Cáritas Bolivia en 1997.
(2) La Psicología moderna sostiene: “consciente”. Ese es un problema profesional en el que no intervenimos.
(3) El operativo “Mochila segura” lo efectuaron en el colegio “José Eliodoro Paz” de Puerto Suárez; la noticia fue transmitida por la radioemisora Cultura. Naturalmente, nada malo encontraron, porque “guerra avisada, no mata moros”.
Puerto Suárez.
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