De la lucha sindical a la gloria: Víctor López

El auténtico líder sindical minero Víctor López falleció hace pocos días en la ciudad de Cochabamba, luego de una larga enfermedad. Su paso a la eternidad viene después de una intensa actividad sindical en representación de los trabajadores mineros y, en algunas ocasiones, de todos los trabajadores sindicalizados de Bolivia.

Tuve la oportunidad de conocer a este personaje sindical en importantes circunstancias en la vida de la clase trabajadora, como también en la vida política del país, dada la gravitación sobre todo social que tuvo la Federación Sindical de Trabajadores Mineros (FSTM) y la propia Central Obrera Boliviana (COB).

Víctor López, junto a Simón Reyes y Filemón Escobar, formaron una troika sindical que siempre acompañó al líder obrero Juan Lechín Oquendo, permanente e insustituible Secretario General de la FSTM y de la propia COB, que algunas veces tuvo otro Secretario General, pero con una presencia y representación secundaria, ya que la sombra de Lechín era demasiado gravitante, lo que se podía comprobar cuando se asistía a las respectivas sedes, donde la ausencia casi total de personas coincidía con la del principal dirigente obrero.

Durante el gobierno del Gral. René Barrientos, junto con la masacre que sufrieron en la famosa noche de San Juan, donde presuntamente los mineros iban a apoyar a la guerrilla del Che Guevara instalada en las tierras bajas de Bolivia, sus salarios habían sido reducidos en un 40%. La primera experiencia que me tocó vivir con Víctor López fue durante el gobierno del Gral. Torres Gonzales, a propósito de la reposición salarial que demandaban los trabajadores mineros.

En efecto, junto con la troika, el equipo económico del gobierno se reunió varias veces para estudiar la manera en que se iba a realizar esta reposición sin afectar a la economía fiscal, ya que el monto que representaba podía afectar a la empresa minera estatal (Comibol), así como al resto de la economía nacional.

En coyunturas de reivindicaciones salariales, Juan Lechín solía realizar un “Ampliado Minero” para presionar al gobierno de turno y con ello obtener, bajo presión, la solución sindical que consideraba más conveniente. Por ventura, se logró una ingeniería financiera que resolvía el problema, motivo por el cual se anunció la solución al propio Juan Lechín, que fue sorprendido, impidiéndole obtener los consabidos triunfos políticos que pretendía.

La segunda ocasión en la que me tocó trabajar con Víctor López, fue durante el gobierno de Walter Guevara Arce, que asumió el poder de forma casual y transitoria cuando ninguno de los ganadores en las elecciones generales pudo obtener los votos necesarios para asumir el poder, poniendo en peligro nuevamente a la democracia. La ocasión fue propicia para demandar un aumento salarial desproporcionado y, por lo tanto, inviable, lo que motivó a que un grupo de dirigentes sindicales me invitará para realizar un mejor cálculo, dada mi experiencia en Chile cuando colaboré al gobierno de Salvador Allende a determinar la estructura del consumo de alimentos que se requería para establecer una política de racionamiento, por la especulación y escasez de alimentos que existía en ese momento.

En efecto, se logró establecer un mejor cálculo, que además era viable, junto a una propuesta de política económica integral, cuya copia mantengo en mi poder. La propuesta fue ratificada por un Congreso de la COB, luego de una presentación que hizo precisamente Víctor López. Debido a que se trataba de una política sindical que iba a ser propuesta al gobierno de Guevara, tenía que ser Víctor López quien la realizara. Al final la propuesta se lo realizó al gobierno de Lidia Gueiler, donde no fue aceptada, pese a que luego la COB tuvo una amplia representación sindical en su gabinete.

Víctor López fue un hombre muy lúcido y directo, de modo que no olvidaré la frase que me dijo cuando la propuesta de la COB fracasó. Como una manera que aliviar mi frustración, me dijo que si bien el documento podía ser muy interesante, el lenguaje de los trabajadores no es el económico sino el salarial, por lo tanto, cualquier otro tema que se trate no es fácilmente comprensible ni entendible.

Mi último encuentro con Víctor López fue cuando asumí el Ministerio de Finanzas del gobierno de Siles Zuazo, cargo que acepté bajo la premisa que existía una reserva de mil millones. Debido a que mi compromiso con don Hernán era absolutamente personal, nunca solicité confirmación de esta supuesta reserva.

El primer día en que me hacía cargo del Ministerio, Víctor López había sido invitado a una reunión ampliada con todos los miembros del gobierno para analizar los temas de la economía. Fue él quien me advirtió que el gobierno les había ofrecido un nuevo incremento salarial, ya que disponían de un “crédito árabe” por mil millones de dólares que, por supuesto, nunca llegaron.

De esta manera este líder sindical demostró una vez más que su limitada comprensión de temas económicos no hacía mella en su sabiduría al entender que la política es un juego lleno de cortinas de humo y trucos con espejos. Descansa en paz, viejo amigo.

El Ing. Com. Flavio Machicado Saravia es Miembro de Número de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas.