Industrialización de la coca

Cuando los problemas o situaciones de excepción son imposibles de hacer desaparecer, lo atinado es encontrarles una salida viable y si es posible positiva. Este puede ser el caso de la hoja de coca, cuyos cultivos crecen cada vez más y no es aceptable que se acuda a medidas represivas para impedirlos.

Por el hecho de que Bolivia sea, además, un campo propicio para producirla, hay que encontrar una solución razonable y admisible para todos. Más todavía, hacerla posible e incluso rentable.

Este es precisamente el caso de la coca. La última información es que su cultivo subió a 23.100 hectáreas hasta el año pasado. La tendencia no cesará de seguir creciendo y así será en el futuro. Entonces, en vez de que la coca sea rechazada porque se la utiliza en la producción de cocaína, hay que dirigir la vista a otro lado y se encontrará que la coca puede tener un buen destino, además de ser favorable para los productores, en general está en condiciones de aportar al mejoramiento de la economía nacional.

Con insistencia exigimos todos que haya mayor industrialización en el país, que deje de ser simple productor de materias primas y no se quede en ese rezago. Pues bien, la coca, en este caso, puede tener un buen destino, ser industrializada para producir hasta constituirla en una de las más prósperas.

Sucede que la coca tiene muchas propiedades, aparte de ser empleada para el negocio perverso del narcotráfico, sino para tornarla en una fuente venturosa para la economía nacional, empezando por constituir una buena fuente de trabajo para miles de campesinos de los valles y los yungas.

El caso es que la coca sólo ha sido considerada como nociva para la salud y la actividad económica. En cambio, un estudio del experto Cristian Mendoza, por su valía ha sido difundido por una institución de información internacional como es CEFIM.

Algo que no se sabe mayormente es que esta hierba milenaria puede ayudar a combatir cientos de dolencias que aquejan al organismo, aparte de sólo darle uso para producir euforia, como sucede con la cocaína, sino aportar al crecimiento económico.

Posee gran cantidad de vitaminas (A, C y E), así como minerales como calcio, fósforo, potasio y magnesio. Más todavía, es rica en calorías, proteínas, grasas, fibra e hidratos de carbono. Adicionalmente, funciona perfectamente para tratar enfermedades fisiológicas y en algunos casos psicológicas. Asimismo, siempre de acuerdo con la experta, es una gran restauradora de energía, regula la presión arterial y equilibra el metabolismo.

Puede servir, por tanto, para aliviar problemas de respiración, suprimir los efectos secundarios de enfermedades como la malaria y el asma, aparte de facilitar el funcionamiento del sistema digestivo.

El experto anota que, consiguientemente, la coca sirve para la fabricación de tónicos y jarabes. Añade que la coca industrializada es también considerada por muchos como un agente que estimula la longevidad humana.

Todo depende, entonces, de dar a la coca el destino de los laboratorios, para que éstos produzcan infinidad de productos favorables para la salud y el bienestar de los seres humanos.

Entre ellos está la fabricación de tónicos y jarabes. El reto, es pues, industrializar la coca con fines benéficos y no relegarla a usos elementales como convertirla en una droga maligna, estimulante del narcotráfico. Dándole buen uso, como plantea el experto Cristian Mendoza, Bolivia puede producir la coca tal como lo hace con los minerales, los hidrocarburos y las manufacturas.

Todo queda sujeto a las medidas que pueda adoptar en este sentido el Ministerio de Salud, pues a su alcance tiene la factibilidad de innovar, con la creación de una industria que podría situarse incluso por encima de las tradicionales materias primas, como son los minerales y los hidrocarburos, a las que ni siquiera les damos un rol industrial, en vez de mantenerlos como simples productos primarios y nada más.