Malas amistades

Como si nos faltaran días para celebrar en nuestro país, mi corresponsal en el Palacio Real de la plaza Murillo me hizo recuerdo que había llegado el día de la amistad, motivo que condujo a felicitarme y congratular al Presidente Vitalicio a quien considera su amigo, además de ser su líder político… pero cada uno escoge sus amistades, también sus enemistades.

Conversando sobre este tema de la amistad, le dije de sopetón y sin anestesia que no entiendo cómo nuestro mandamás evoca a Fidel Castro y a Hugo Chávez en recuerdo de sus grandes amistades, siendo que Bolivia no les debe a esos personajes absolutamente nada más que una invasión guerrillera que estalló en Ñancahuazú, donde rindieron la vida muchos soldados y oficiales bolivianos. Y fuimos afectados financieramente con la incursión de productos procedentes de la empresa venezolana PDVSA, que nos inundó con sus productos, en desmedro de los productos elaborados por YPFB.

Me dirán algunos lectores que cada uno hace lo que quiere con sus sentimientos de amistad, pero cuando ese uno es un representante de un país durante más de once años y la gran mayoría de los pobladores de esta tierra considera un dictador al señor Maduro, estas declaraciones están fuera del tiesto y deberían ser expresadas con mayor prudencia, virtud de la que carece nuestro mandatario.

No es la primera vez que el Presidente de Bolivia manifiesta su solidaridad con el gobierno de Maduro, mientras la gran mayoría de los bolivianos aborrecemos a toda dictadura, sea esta caribeña, china o del Oriente Medio; produciéndose así una ruptura de sentimientos entre quien nos quiere gobernar quinientos años y un pueblo que ama su libertad y detesta todo dictadura, sea ésta de poncho y ojotas o de corbata y cuello blanco.

Todas estas consideraciones fueron desgranadas entre la periodista cochabambina y este columnista, que al mencionarse la amistad, la condicionan a la sinceridad. Como pueblo amante de la libertad, donde no podrá tener cabida un dictador como Maduro, pues la nación boliviana admira al Libertador Simón Bolívar, a quien le debe su nombre y rechaza por igual a Pérez Jiménez o a un Pinochet.

Desarrollados nuestros ideales, Macacha y yo, brindamos por la amistad y por un país libre de imposiciones porque amamos la democracia.