Duplicidad sobrepuesta al Parque Nacional Torotoro

II

Es decir que con el proyecto que está obnubilando a algunas autoridades se quiere aumentar el número de visitantes y elevar la infraestructura hotelera y no atisban sus autores que lo primero que se debe hacer es implementar la conservación de los valores del Parque, educando al pueblo, capacitando la administración del sitio; porque con el actual número de visitantes ya se ha provocado el deterioro en permanente aumento de los atractivos, por la ausencia de un turismo responsable.

El Parque Nacional Torotoro no es solamente la variedad geológica, está la biodiversidad de los valles interandinos, rubro en el que nada se hace; está el paisaje maravilloso de Torotoro que a nadie inquieta. A nuestro juicio el “paisaje es la obra maestra de la naturaleza” que debemos preservar para éstas y futuras generaciones. Está el rubro de la Espeleología que actualmente se centra solamente en Humajalanta y alguna caverna más, aunque las investigaciones realizadas por la ACT, con el concurso de expertos italianos, españoles y brasileños, sitúan a Torotoro como el emporio espeleológico más importante de Bolivia y aun del Cono Sur de América. También tenemos la arqueología muy depredada ahora, con piezas que fueron huaqueadas desde antes por inescrupulosos que son del mismo pueblo y otros foráneos, sin que se busque su sanción.

En un área protegida lo primordial no es el aumento de turistas, ni la elevación del crecimiento económico, lo prioritario es la conservación. Desde luego, duplicando el número de visitantes solo se consigue su desmantelamiento, como ha ocurrido con la desaparición y depredación de fósiles y varias especies forestales mayores, como la mara, el cedro, el soto, etc. Tampoco se debe buscar convertir a Torotoro en un sitio turístico solamente; se debe mantener y desarrollar la actividad tradicional, innata de la población en el noble trabajo de la agricultura, que es su esencia vernácula.

También con la ACT realizamos un gran trabajo, a fin de obtener un financiamiento del BID para la “Conservación, Protección y Desarrollo Integral del Parque Nacional Torotoro”, aprobado por el Gobierno mediante Ley 1.452 de 15 de febrero de 1993, que con la inversión de $us 572.907 se llevó adelante, previa una licitación internacional, por un consorcio especializado francés-boliviano que culminó con un estudio que abarca todos los aspectos geológicos, hidrológicos, paleontológicos, espeleológicos, arqueológicos, etnográficos, aunque por la desidia de las autoridades encargadas de su ejecución no se ha implementado ni siquiera el 20% de sus alcances y contenido.

La ACT también ha difundido los únicos libros que se han ocupado del Parque Nacional Torotoro, con la cooperación financiera de LIDEMA. Y ahora, como cuando hacíamos el trabajo de declaratoria y consolidación del Parque, aventureros codiciosos de apoderarse del proyecto con fines lucrativos obstaculizaron aquellos trabajos que se completaron sin la ayuda económica del Gobierno Central, departamental ni de la Alcaldía de Torotoro. Más bien se sumaron a los boicots de técnicos introducidos en su seno, empeñados en el fracaso del empeño de la ACT y en el apoderamiento después del sitio, para obtener ganancias cuantiosas, lo que se evitó con un alto costo, incluida la difamación y calumnia más infame y grosera contra el fundador.

¿Qué se debe hacer, pues? El área protegida está declarado por ley, existe la entidad encargada de su manejo, el SERNAP; se cuenta con el estudio y plan de manejo para su implementación, que ha costado mucho dinero al Estado; se ha elaborado el estudio de ampliación del territorio del Parque. Y como el Parque Nacional Torotoro es un lugar mágico, de belleza escénica sin igual, se debe gestionar más bien su declaratoria como Monumento Natural de la Humanidad, título que lo habilitará para gestionar recursos económicos importantes para la implementación de las políticas de conservación y protección de sus recursos, lo que indudablemente repercutirá en un turismo sostenible y ante todo responsable, que acreciente la economía de la población, en armonía con la naturaleza, que es el ideal supremo de amor a la tierra. Entonces se debe proseguir la implementación de los estudios del Parque Nacional Torotoro y esto, ¡no requiere cambiar su nombre ni mucho menos!

A este respecto, la ACT hace unos tres o cuatro años entregó a la Gobernación de Potosí toda la documentación empastada para iniciar la gestión ante la Unesco para la declaratoria de Monumento Natural de la Humanidad. Lamentablemente, parece que se archivó en alguna estantería de esa institución, perjudicando el empeño que la ACT tenía para iniciar dicho trámite que debería comenzar cuanto antes. Este es el reto para el SERNAP, la Alcaldía y la población del PNT y no cambiarle de nombre con el de Geoparque. Es que, repetimos, el Parque Nacional Torotoro tiene, además, todos los atributos de Geoparque, sin sus implicaciones negativas, como el de perder la soberanía de su territorio.

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