La importancia del mestizaje

No existen razas ni pueblos superiores. El arianismo fue un mito que hoy está ya desmantelado. Y para la ciencia, ya no existen razas ni sangres puras. Griegos, eslavos, romanos, chinos, arios, nórdicos y meridionales se mezclan en el vértigo del comercio, del turismo; la pluralidad de personas irá imponiéndose en todas las sociedades civilizadas.

Mezcla somos, de cualidades y de miserias. El mestizaje boliviano es una realidad. Hervor de fuerzas étnicas antagónicas, pero aunadas al fin y al cabo. El mestizaje -de sangre y de presencia espiritual- es una cifra reguladora del continente, sobre la cual se hará patente la teoría del progreso de la fusión de sangres. Si pudieron haberse resumido en el ser humano las miserias de lo ibérico y de lo autóctono, también debieron haberse condensado las capacidades y virtudes de ambos. Las corrientes que se confunden en una nueva raza deben tener un gran destino histórico. No podemos dar ejemplos ya realizados, sencillamente porque el mundo nunca ha visto en otro lugar que no haya sido América ensayo de una sociedad tan compleja y plural como la que se dio a partir de la conquista, y como la que es una realidad hoy. Si bien el Imperio Romano fue un arriesgado intento de agrupación de sociedades distintas entre sí, la sociedad de las Indias fue un intento atrevido y mucho más avanzado, no diría de universalización, pero sí de pluralismo como nunca había visto el mundo. La sociedad latinoamericana es el primer y quizá el último ejemplo de síntesis de razas destinadas a vivir en comunidad para siempre.

El hombre sudamericano debe ser estudiado por sociólogos y antropólogos sudamericanos, valga decir, con teorías sudamericanas. No hago sino denunciar el parasitismo de la ciencia y la pedagogía. La economía y la política de estos suelos ya debieran haber enseñado mucho a los eruditos. ¿Por qué seguís buscando la explicación afuera? Las teorías sociológicas de Europa siempre estuvieron orientadas hacia el celo de las razas, y esto porque estuvieron notablemente influidas por las vertientes del positivismo filosófico y de la supervivencia de las especies. El europeo siempre ha visto al hombre como un ser en constante evolución biológica. En Europa, por otra parte, se hicieron los más osados intentos de erección de Estados-nación. Ningún imperio pudo amalgamar etnias, mucho menos culturas, a despecho de los imperios Austrohúngaro y Otomano.

La viga maestra, por todo eso, para Bolivia más que para cualquiera otra parte del continente, es el mestizaje. No es que el hijo del blanco y de la india sea mejor, ni que sea mísero. Ocurre que si hubo mestizos que deshonraron el cruce de etnias, fue porque nunca se comprendió el mestizaje, ergo, no se supo institucionalizar la mecánica política correspondiente. La lectura correcta de una sociedad se ve en la Constitución Política que aquélla posee. A partir de la Constitución se trazan los caminos generales de la instrucción, la vinculación y la cohesión.

Se debe orientar, disciplinar y educar a los hijos de nuestras sociedades acerca de quiénes somos en realidad. Se debe estudiar y experimentar el potencial mestizo. Se debe crear un método de estudio de la raza. La ejecución de todo esto indefectiblemente tendrá repercusión en la política; ya no se andará a tientas y de forma desorientada, y los buenos conductores sabrán llevar a la práctica la sapiencia de la sociología. Ésta, la de la simbiosis, es la esencia vivificadora de las razas de América.