Rabia canina se duplica con relación a 2016

La directora de epidemiología del Servicio Departamental de Salud La Paz (Sedes), Alejandra Salas, reportó que en la zona de Bajo Llojeta se reportó un nuevo caso de rabia canina, a diferencia del año pasado que se registraron 13 casos, a la fecha esta cifra se duplicó a 26 casos.

La semana pasada se reportó un cachorrito de cuatro meses de edad, que no contaba con la vacuna contra la rabia aplicada en mayo, por la oposición del dueño, aparentemente el animalito salía con frecuencia de su domicilio y posiblemente tuvo contacto con otros perros callejeros.

Afirmó que el animalito tuvo contacto con tres personas, las mismas que se encuentran bajo control, recibiendo profilaxis (medidas que se toman para proteger o preservar de las enfermedades) para liberarlos de cualquier transmisión del virus.

A la fecha se registraron tres casos de rabia en El Alto y 23 en la ciudad de La Paz, de los cuales dos corresponden a gatos y el resto a canes.

El mayor problema con el que se tropieza es la tenencia irresponsable de los animalitos que muchas veces son votados de sus hogares, los dejan en las calles, incluso muchos de ellos se vuelven perros callejeros, lo que dificulta la aplicación de la vacuna antirrábica.

Explicó que los municipios son los que deberían asumir responsabilidad de estos animales que deambulan en las calles, si bien no precisó la cantidad de perros callejeros, dijo que existe una gran cantidad de estos animalitos en condición de calle en la ciudad de La Paz, los mismos que pueden llegar a contagiarse entre sí.

Frente a los casos que se presentaron en repetidas ocasiones en la zona de Bajo Llojeta, el Servicio Departamental de Salud de La Paz iniciará la investigación en la zona para descartar la existencia de un foco transmisor. Salas afirmó que pedirá apoyo a la Policía Forestal y Preservación del Medio Ambiente (Pofoma) para que ayuden con la vacunación de los perros callejeros.

Una manera de identificar la rabia en un animal es detectando un cambio de humor, dificultad para ver la luz, espuma en la boca, agresividad, etc. Este mal afecta de forma letal al animalito, que puede contagiar a los humanos si son mordidos. “Trabajar en su prevención y reconocer a tiempo sus síntomas resulta fundamental para garantizar la salud de todos los dueños de las mascotas y su entorno”.