El Gobierno estadounidense impuso ayer sanciones contra trece funcionarios y exfuncionarios venezolanos por abusos contra los derechos humanos, corrupción y acciones para minar la democracia. La medida tiene como objetivo presionar al gobierno de Nicolás Maduro cuatro días antes de la elección de la Asamblea Constituyente.
Por otra parte, el presidente Nicolás Maduro rechazó las sanciones del Gobierno de Estados Unidos y las calificó de “ilegales, insolentes e insólitas”, argumentando que: “los hijos de Bolívar no se rinden”.