Alcaldes protegidos por el Gobierno

Los hechos ocurridos en Achacachi y los conocidos sucesos posteriores no son casos aislados y se repiten por las malas gestiones de autoridades pertenecientes a las filas del partido oficial. Camiri es otra muestra de la insatisfacción popular frente a un alcalde a quien se le reclama por falta de obras. En Achacachi, el alcalde Edgar Ramos Laura no ha rendido las cuentas que la población le exige. En ambos casos, contra toda lógica, estas resistidas autoridades pretenden ejercer desde localidades distintas al asiento natural de sus funciones. Otro escándalo parecido ha brindado el Alcalde de Independencia, provincia cochabambina, por malos manejos económicos, quien se alejó del cargo por la presión vecinal. Se trata solo de ejemplos, pues son innumerables los alcaldes de provincias, los que pese a sus malandanzas administrativas son directa o indirectamente sostenidos por el Gobierno gracias a su militancia.

Todos conocen que los “Ponchos Rojos” protagonizaron incalificables atropellos en Achacachi, atentando contra los vecinos y sus viviendas, ejecutando una acción de represalia por la quema del inmueble y vehículo del alcalde Edgar Ramos. Por supuesto, dichas quemas tampoco son justificables y por consiguiente son pasibles de repudio. Hace poco el presidente de las Juntas Vecinales de esa localidad, Esnor Condori, fue detenido en La Paz cuando se retiraba de una entrevista por medio radial. El 25 pasado se decidió su detención domiciliaria y una serie de medidas de seguridad. Algunos miles de achacacheños se manifestaron y bloquearon la ruta troncal de nuestra ciudad en demanda de la libertad de su dirigente y exigiendo la renuncia del alcalde. La Paz, como ocurre a diario por cualquier motivo, fue testigo ajeno de estas protestas.

Los delitos atribuidos al dirigente vecinal son muchos y entre ellos figura la destrucción de bienes públicos, robo agravado, etc., sin embargo, el Ministerio Público actúa con evidente parcialidad cuando no se molesta en investigar a los Ponchos Rojos, conocido grupo de choque a disposición del oficialismo, autor de no pocas figuras delictivas en el caso y, des luego, debería ocuparse del propio Alcalde Edgar Ramos Laura, persona que no por correcta es objeto de repudio.

Actitudes como las del presidente Evo Morales al persistir en que la Parada Militar del 7 de agosto próximo se realice en Achacachi, contribuyeron a complicar más las cosas. Es la primera vez que ese importante acto se escenifique en una provincia. Hay razón para pensar que ocurridos los relatados hechos del 14 y 15 de febrero de 2017, de censura a una autoridad que goza del beneplácito oficial, la Parada no tiene otro objeto que atemorizar, mostrando las fuerzas de las que dispone el Gobierno, a fin de prever nuevos brotes de descontento que empiezan a extenderse al área provincial. El pueblo de Achacachi señala que no permitirá ese acto “de provocación”. Ahora las autoridades dicen que sí tendrá lugar 2 o 3 kilómetros más allá y ratifican la participación de los “ponchos rojos”. Resta decir que la “sangre no llegue al río”, tomando en cuenta, además, que recientemente otros dos dirigentes vecinales de Achacachi fueron detenidos.