Mil sitios con arte rupestre fueron registrados en 30 años de estudio

Más de mil sitios con vestigios arcaicos de expresiones culturales que se conservaron por milenios de años en grabados o pinturas sobre superficies rocosas de cuevas, aleros o al aire libre fueron registrados y estudiados por la Sociedad de Investigación del Arte Rupestre de Bolivia (Siarb), fundada hace tres décadas por un grupo de estudiosos voluntarios bolivianos y alemanes.

El profesor Matthias Strecker –principal precursor desde 1987– informó al portal CienciaBolivia que en 30 años se abarcaron manifestaciones prehistóricas que dan luces sobre el desarrollo de diversas culturas en Bolivia. “Entre los registros más antiguos se hallan las pinturas de la cueva Paja Colorada (Moromoro, Santa Cruz) con improntas negativas de manos, parecidas a las representaciones de la famosa Cueva de las Manos en la Patagonia; además las escenas de caza en las pinturas de la región de Betanzos en Potosí”, dijo el científico.

“Al otro extremo temporal –destacó Strecker– tenemos por ejemplo, las escenas de pinturas coloniales de iglesias, peregrinaje y danzas folklóricas de la provincia Los Andes del departamento de La Paz y el enfrentamiento de guerreros indígenas contra soldados españoles en un sitio de la región del lago Titicaca, “que probablemente representan un hecho de las sublevaciones de Túpac Katari”.

“Un pequeño grupo de voluntarios ad honorem ha trabajado obteniendo resultados destacables en la investigación en una estrecha colaboración con muchas instituciones del país, entre ellas algunos gobiernos municipales y comunidades”, remarcó el experto.

Los representantes de la Siarb en La Paz son el presidente de la sociedad, Freddy Taboada, las arqueólogas Claudia Rivera y Pilar Lima, además de Matthias Strecker, en Oruro es Carola Condarco, en Potosí es Rosario Saavedra, en Santa Cruz es Carlos Kaifler y en Tarija son Carlos y Lilo Methfessel.

Resultados

obtenidos

Con relación a los logros de la sociedad, el científico destacó una biblioteca y archivo especializados, proyectos de registro y documentación, actividades de difusión y campañas educativas, la publicación anual de un boletín que es parte de Latindex (sistema de información de revistas científicas en Latinoamérica), además de la serie de libros: Contribuciones al Estudio del Arte Rupestre Sudamericano y otras publicaciones para el público.

La institución que organizó 11 simposios y congresos internacionales, también consolidó los proyectos de parques arqueológicos con arte rupestre en varios departamentos como el ubicado en Peñas en La Paz, Calacala de Oruro, Lajasmayu-Betanzos en Potosí, Incamachay-Pumamachay de Chuquisaca y Paja Colorada de Santa Cruz.

“Gracias a esta labor tenemos datos detallados de regiones como la circumlacustre del Titicaca, donde se logró una visión de Perú y Bolivia, y que fueron publicados en un libro con aportes de investigadores internacionales”, destacó.

A ello se suman las exploraciones del área sudoeste de La Paz, Oruro, Potosí, Chuquisaca, también Tarija y regiones vecinas, los valles cruceños en la región occidental, la Chiquitanía y el oriente de Santa Cruz.

El Boletín número 31 de la Siarb–de reciente publicación–incluye un estudio novedoso del arqueólogo Axel Nielsen sobre chullpares y arte rupestre de Lípez en Potosí, y las investigaciones de Fauconnier, Strecker y Methfessel sobre representaciones de objetos metálicos (hachas, diademas y otros) del sur boliviano.

ARTE RUPESTRE

“Actualmente, la Siarb trabaja en el registro de sitios en el municipio paceño, con resultados destacables en dos regiones. En la zona del altiplano en el valle de Zongo se ha constatado la existencia de escenas de caza en pinturas arcaicas, con una posible antigüedad de cuatro mil años, que podrían ser las pinturas más antiguas del departamento”, reveló Strecker.

Explicó que las pinturas arcaicas de Zongo muestran gran parecido a las de Puno, por ejemplo en los detalles de las figuras humanas que portan dardos para usarlos en la caza de camélidos silvestres. “Sin embargo, el sitio principal presenta también representaciones de períodos posteriores (espirales, otras formas abstractas, figuras de un animal mítico: parte serpiente y parte ave) y en los alrededores se hallan pinturas de llamas que pertenecen a uno de los últimos períodos prehispánicos”, acotó el experto en arte rupestre.

En sus exploraciones evidenció también que en la región de los Yungas existe una tradición de grabados (espirales, otras formas abstractas y algunas figuras antropomorfas), que está vinculada con las culturas de las tierras bajas.

DESTRUCCIÓN

El científico considera que el arte rupestre es una importante parte del patrimonio cultural, pero que está en permanente peligro de ser destruido por agentes naturales, sin embargo asume que “son las acciones destructivas del hombre las que más ocasionan la pérdida de los valiosos testimonios de nuestro pasado”.

Recordó que en 1996 en Beni en tierra de indígenas Chamanes se destruyeron grabados del río Pachene por la acción de una empresa maderera, el Gran Concejo Tsimane solicitó vanamente un proceso judicial. “La ampliación de un camino también destruyó los petroglifos de la región del Poopó en Oruro y pese que el sitio fue reconocido como Monumento Nacional, la acción quedó impune”, denunció el investigador.

Matthias Strecker que recibió en nombre de la Siarb un reconocimiento del municipio de La Paz, aseveró que, “todavía hay muchos desafíos en la ardua labor de los voluntarios, esperamos que en los próximos años se obtenga el apoyo financiero necesario para publicar un amplio libro sobre el arte rupestre del país destinado al público en general”.