Semana de emoción cívica

El domingo 6 es el aniversario del nacimiento patrio, pero esa apenas fue una formalidad legislativa. Toda la semana la debemos sentir con emoción cívica, porque lo más trascendental ha sido la obra de nuestros héroes, que durante 15 años libraron una lucha gloriosa para crear la República de Bolivia.

Es una torpeza cívica considerar que ahora se reduce a ser Estado, sin distinguir el valor de sus contenidos. República significa independencia, libertad y grandeza. En cambio, el Estado es un simple administrador, más o menos como aquel que tiene las llaves de la despensa, pues a esto se reduce su significado.

En este 2017, tenemos que sentirnos y honrarnos como hijos de una República magna, no de un simple Estado, porque nos estaríamos degradando a ser simples sirvientes de un instrumento operativo. En tanto, si lo hacemos como integrantes de una República, nos honramos con el hecho ser ciudadanos libres, no dependientes de un Estado.

El 6 de agosto de 1825 se creó una República y ésta tiene que ser perenne e inmortal, porque nos dignifica la calidad de ciudadanos, antes de incurrir en solamente componer un órgano subalterno como es el Estado.

Estamos obligados a mantener nuestro origen, porque no fue el designio o capricho de una persona o de un conjunto de personas voluntariosas. La creación de la República honró 15 años de valerosa lucha por conseguir la independencia y la libertad de tener esa calidad y dignidad.

El coloniaje enseñó a nuestros antepasados a distinguir entre su significado y valor. De ahí nació la voluntad de ser República, no ser menos. Las generaciones actuales tienen que estar imbuidas de ese espíritu y experiencia. Ser lo mejor y no cualquier cosa.

Algunos que tienen esa ocurrencia de cambiar nombres deben guardarse su afición para sí mismos. Si no les gustan sus nombres originarios, pueden elegir a su gusto y antojo los que quieran. Pero no tienen facultad alguna para hacer lo mismo con algo que pertenece a toda una comunidad, de millones de personas.

Bolivia es República por designio de sus luchas independistas y su concepción ilustrada de distinguirse como tal. Sólo al no conocerlas puede incurrirse en desatinos propios, como no saber distinguir lo que es República y lo que implica ser solamente Estado.

De manera que este 6 de agosto de 2017 se tiene que recordar y honrar la creación de la República de Bolivia en un 6 de agosto de 1825. Aquellos que prefieren ser simplemente integrantes de un Estado tendrán que buscarse la fecha que quieran para celebrar su aniversario. Por tanto, son ajenos a este 6 de agosto nuestro, ya que la mantendremos por siempre como tal, como la República de Bolivia.

En concreto, los que optan por el Estado nada tienen que ver con este 6 de agosto republicano. Y será por siempre. Aquellos que confunden los nombres y las cosas, que actúen a su gusto personal, que no actúen en nombre de 10 millones de bolivianos que, en definitiva, nacieron en un hogar llamado República.

Más todavía, únicamente cuando se trata de una República se puede tener un Presidente. En cambio, cuando se tiene poder sobre un Estado, simple y llanamente se es administrador del mismo, pero jamás puede tener el denominativo de Presidente, porque no tiene esa jerarquía.