Proyecto para construir una carretera cruzando el Tipnis

Antes de que el gobierno insista en la construcción de una carretera por el Tipnis, era necesario revisar el Contrato “Llave en mano”, propuesto por la empresa brasileña OAS, que inicialmente se comprometió a ejecutar la carretera dividiéndola en tres tramos. OAS previno al gobierno que el tramo II no lo construiría por falta de un estudio ambiental y que ejecutaría solamente los tramos I y III, considerando un préstamo señalado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva por un total de 415 millones de dólares.

Cuando se complete la construcción de la carretera Villa Tunari - San Ignacio de Moxos, incluyendo el tramo II de 177 Km y una longitud total de 360 Km de la vía, se calcula que el costo por kilómetro construido sería mayor a 1 millón 800 mil dólares por ser un contrato “Llave en mano”, firmado por el gobierno con la empresa brasileña OAS.

Fernando Vargas, un distinguido dirigente moxeño, emergió a la vida pública desde la violenta represión policial a una columna de 1.500 indígenas que marchaban a La Paz con la demanda de que no se construya la carretera cruzando el Territorio Indígena Isiboro Sécure (Tipnis). A ejecutarse en tres tramos la carretera Villa Tunari- San Ignacio de Moxos, el primer tramo ya construido es de 47 Km y se necesitaría construir un puente de más de 170 Km para cruzar el río Ichoa e ingresar al territorio indígena. El segundo tramo de 177 Km no se lo construiría por falta de estudios técnicos y el tercer tramo es de 82 Km, haciendo un total de 306 Km.

Según el dirigente Vargas, “Nada se hubiera logrado sin la participación de todos los marchistas, hombres, mujeres y niños, lo que estamos haciendo es luchar por la defensa del medio ambiente y la biodiversidad”. La televisión captó el momento en que más de 100 policías se abalanzaron sobre los marchistas. El dirigente indígena dijo “me tumbaron, me volvieron a patear, con la orden de deshacerme la cara”.

De acuerdo con las políticas del gobierno del MAS, los marchistas indígenas no debían haber sido tratados de una forma inhumana porque solo pedían evitar que se construya una carretera cruzando su territorio.

Aun cuando las noticias del bloqueo en San Borja, que obligó a los buses a girar con rumbo a Rurrenabaque, y las imágenes televisivas del “operativo de evacuación” en San Miguel de Chaparina eran trágicas y penosas, el gobierno del presidente Evo Morales optó por continuar con la “evacuación”. Gigavisión y PAT comenzaron a difundir las filmaciones del operativo, en las que se vio a los indígenas golpeados, maniatados y amordazados con cinta masking.

Además, el gobierno decidió gestionar aviones con la Fuerza Área. Tito Gandarillas dijo que la orden se “coordinó” con el comandante de la FFAA y desde el Palacio de Gobierno se solicitó otro avión a la agencia estadounidense. Sin embargo, el intento por “evacuar” a los marchistas por vía área también fracasó. Los pobladores de Rurrenabaque se enteraron de la llegada de los buses en la madrugada del 26 de septiembre y tomaron la pista, los aviones no pudieron aterrizar y los detenidos fueron rescatados.

El operativo policial fue abortado, principalmente por la reacción solidaria de los pobladores de San Borja y Rurrenabaque, que cerraron el paso a las caravanas policiales y retuvieron los vehículos que trasladaban a los marchistas detenidos, obligando a liberarlos.

Como conclusión, sería conveniente que el presidente Evo Morales no vuelva a manchar su prestigio, como ocurrió en la región de Chaparina.

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