“Compatriotas: Hasta aquí hemos tolerado una especie de destierro en el seno mismo de nuestra Patria… Ya es tiempo, en fin, de levantar el estandarte de la libertad… revelad vuestros proyectos para la ejecución; aprovechaos de las circunstancias en que estamos, no miréis con desdén la felicidad de nuestro suelo, ni perdáis jamás de vista la unión que debe reinar en todos para ser en adelante tan felices como desgraciados hasta el presente”. (Proclama de la Junta Tuitiva de la Revolución de julio de 1809).
“En el retiro de mi vida veré mis cicatrices y nunca me arrepentiré de llevarlas cuando recuerde que para formar a Bolivia preferí el imperio de la ley a ser su verdugo o su tirano. (Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre).
“De la Patria el alto nombre/ en glorioso esplendor conservemos/ y en sus aras de nuevo juremos/ morir antes que esclavos vivir”. (Himno Nacional).
“La Patria es ara, no es pedestal ni escala”. (Dr. José Carrasco, fundador del matutino EL DIARIO).
Lúcidos mensajes portadores poderosos para hacer del patriotismo una mística acción y de mudanza por parte de gobernante y gobernados de Bolivia.
¿Qué es la Patria? Es la nación con la suma del pasado, presente y futuro que atrae o ejerce irresistible influencia en el ánimo de todos los patriotas, cautivando su amorosa adhesión. (Enciclopedia Universal Sopena).
¿Qué es ser patriota?, persona que tiene amor a la Patria.
¿Qué es ser patriotero?, persona que exageradamente presume de afecto por la Patria y hace lo contrario.
Pero, ¿qué se ha hecho por esta Patria digna de mejor destino?
En el inicio de la República, caudillos bárbaros y letrados se hicieron dueños del Poder estatal para asaltar las arcas fiscales en alianza con los señores feudales y así crearon poderosas oligarquías, olvidando sus obligaciones de gobernar para dar a la Patria un mejor destino.
Tiempos después, dictadores militares, dictadores civilistas y gobiernos patrioteros -con excepción de algunos destacados mandatarios- reprodujeron los mismos errores pasados, corregidos y aumentados, para satisfacer sus ambiciones personales y hacer uso arbitrario del Poder y de la Hacienda Pública.
Hoy solo tenemos una Bolivia caminando por el túnel del encuevamiento, la miseria en las áreas rurales, y la pobreza en las ciudades.
Frente a tamañas adversidades, ahora le corresponde al pueblo reflexionar sobre los errores pasados y los del presente a fin de hacer de Bolivia un país económicamente fuerte, socialmente justo y políticamente soberano.
Para que esto suceda, necesitamos gobernantes que tengan la valentía de no hacer uso arbitrario del Poder y de los dineros fiscales. Que tengan la capacidad de planificar otros sectores productivos que no sean solo con el modelo extractivista sino aquellos que permitan ingresar con valor agregado a la competitividad internacional.
Gobiernos que respeten la vigencia plena del Poder Contestatario como patrimonio de la democracia que permite el ejercicio de las libertades de pensamiento, de expresión y de información.
Necesitamos gobernantes que practiquen la austeridad en el gasto público y éste sea prioritariamente para salud y educación y no sea para obras superfluas de interés solamente político.
El pueblo espera que nuestros gobernantes tengan la suficiente responsabilidad para respetar rigurosamente la Constitución y las leyes, a fin de que el colectivo ciudadano obre de la misma manera, conociendo sus deberes y obligaciones y así se pueda evitar los conflictos socio-laborales que hacen daño a la Patria.
Para concretar el anhelado crecimiento económico de la Patria y el vivir bien, será necesario que se realice una Cumbre de Sectores Productivos con el auspicio del gobierno y asistencia de la grande, mediana y pequeña industria, el sector financiero, la COB y los productores del campo, cuyas propuestas en un marco de concertación sirvan para elaborar una estrategia sobre el particular.
Que nuestros gobernantes al final de su mandato constitucional puedan repetir las expresiones del ilustre pensador Franz Tamayo: “Ni los honores me aumentan ni las injurias me disminuyen, lo que solo podría perderme es haber hecho yo el mal”.
Que Dios bendiga a nuestra Patria y dé luces a nuestros gobernantes para manejar la nave del Estado con capacidad, honestidad y renunciamiento.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
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