Pedro Susz: Democracia debilitada por separación entre discurso y práctica

Los 192 años de independencia del país plantea a los bolivianos la necesidad de sincerarse sobre el recorrido del proceso de cambio planteado por la actual administración del Gobierno. Los actos de celebración de las fiestas patrias encuentran al país con un rebrote de divergencias político partidarias que hasta hace poco parecían haber tomado otro rumbo.

El criterio corresponde al presidente del Legislativo Municipal de la sede de Gobierno, Pedro Susz Khol, en cuyo análisis Bolivia no ha concluido el debate sobre las bases en las que se construyó la república en 1825.

Desde esta valoración, Susz señala que este 6 de Agosto de 2017 no es distinto a los anteriores, es un escenario de renovación de la esperanza de encontrar las vías de salida a los problemas emergentes a partir de la concepción de Estado y dar a la democracia un sentido participativo real, amplio, genuinamente plural y autocrítico.

El munícipe plantea revalorizar el ejercicio de la crítica y la autocrítica como el mecanismo de retroalimentación permanente para avanzar en un proceso histórico que, de no tomar en cuenta otras lecturas, “está condenado a estancarse en la autocomplacencia y destinado retroceder”, por lo que el cambio propuesto es aún tema necesario y pendiente.

REFLEXIÓN MÁS QUE PROTOCOLO

En este contexto, Susz señala que el aniversario patrio debe ser una fecha de reflexión sobre “lo que hemos hecho, lo que no se hizo lo que se hizo mal y lo que resta por hacer” más allá del protocolo del ceremonial y el homenaje mecánico.

Desde el rol ciudadano, cada paceño y cada boliviano, debe reflexionar sobre las responsabilidades que le toca cumplir y no estar librado a las determinaciones de las autoridades, sino “ser copartícipe en la discusión sobre los caminos que debe seguir esa nueva construcción”.

A partir de esta realidad, el país tiene aún pendiente el debate sobre las visiones del desarrollo y progreso, de lo contrario “será una copia de otras latitudes que no están en condiciones de resolver los aspectos básicos para mejorar la calidad de vida de los y las bolivianas”

Desde el ámbito local, en criterio de Susz, en la sede de Gobierno no se ha superado la “administración de la insuficiencia”, que obliga a priorizar y elegir entre las muchas demandas que deben ser atendidas de manera prioritaria y que a veces “se traduce en la actualización de las formas no democráticas de exigir el cumplimiento de todas las demandas sabiendo que ello no es posible”.